El Barça de basket naufragó en el Palau Blaugrana. Contra el Real Madrid (90-97) y con un Palau muy encendido. El pabellón azulgrana fue una caldera. La intensidad de la afición no se trasladó a algunos jugadores del cuadro que dirige Joan Peñarroya. Era una noche para estar acertado y regalar una victoria por el 125 aniversario de la institución.
Joan Laporta estuvo en el palco. No apartó la mirada del parqué ni un solo segundo. El partido, que se fue a las dos prórrogas, puso en evidencia a cuatro jugadores. También al entrenador, Joan Peñarroya. El técnico catalán acumula siete derrotas en los últimos 13 encuentros.
Juan Carlos Navarro, mánager general, se decantó por un míster que apuesta por un estilo de juego de posesiones muy cortas y de marcadores muy altos. Similar al de la NBA. Empezó bien, pero el equipo sufre cuando no tiene un buen ritmo anotador. Sobre todo, en la parcela defensiva. El Barça es un agujero. Peñarroya debe solucionar este gran problema.
No vale solo con el esfuerzo
El clásico también demostró que con no solo vale con el esfuerzo. Álex Abrines y Joel Parra se partieron la cara por el equipo. Pero se quedaron cortos en la parcela anotadora. El ex del Joventut de Badalona acabó el partido con dos puntos en 14 minutos. El alero mallorquín, más de lo mismo.
Abrines cerró el encuentro con tres puntos en 25 minutos. Con porcentajes muy malos. Le tembló la muñeca y tomó una decisión arriesgado. Un triple liberado para ganar, aunque con muchos segundos por delante. Falló y le dio al Real Madrid la oportunidad de ganar el partido en el tiempo reglamentario.
Muy preocupante
Tampoco estuvo fino en el tiro Jabari Parker. El jugador más fiable del Barça en ataque no tuvo una buena noche. Con un poco más de acierto, el cuadro de Peñarroya se podía haber llevado el partido. Terminó el encuentro con un 1/8 en triples y un 3/10 en tiros de dos.
Pero la situación más preocupante es la de Tomas Satoransky. El base checo jugó 26 minutos y medio. Acabó el clásico con 0 puntos. Con la baja de Nico Laprovittola, debe dar un paso adelante en la parcela ofensiva. Tomó tiros muy complicados, no atacó la canasta y desesperó al Palau.
Los pívots
Además de estos cinco señalados, también se podría mencionar a dos de los pívots. A Jan Vesely, obviamente, hay que sacarlo de la ecuación. Willy Hernangómez está sentenciado. Cada vez su participación va a menos y terminó el clásico con algo más de tres minutos jugados y sin un solo punto.
La aportación de Youssoupha Fall fue mejor. Metió una canasta. Ese no es su rol. Durante los ocho minutos en los que participó, su energía fue positiva. Pero Peñarroya debe encontrarle un mejor encaje en el equipo. El Barça de basket está en problemas.