En el punto de mira. La baja de Nico Laprovittola, un pilar en ataque del Barça de basket, pedía un paso adelante de otros jugadores. Darío Brizuela, Álex Abrines, Juan Núñez están señalados. Pero el caso más grave es el de Tomas Satoransky. Los azulgranas se fueron vapuleados de Múnich. Perdieron contra el Bayern (100-78).
El base checo es un espejismo del jugador atlético y con carácter que regresó al Barça después de su etapa en la NBA. En Alemania, se marchó con 4 puntos. Solo Youssoupha Fall anotó menos que él --quitando a Abrines, que se marchó lesionado, y Dame Sarr, una joven promesa--. Fall jugó 8 minutos. Sato, 19.
En la sombra
El exterior del Barça debería ser un jugador decisivo, que siembre el terror en la pintura rival. Para ser base, tiene unos largos brazos y una gran estatura. Mide 2,01 metros. Sin embargo, no logra imponer su juego ni supone ninguna amenaza para el rival. La baja de Laprovittola era muy significativa por la pérdida de poder ofensivo. Satoransky se mantiene en la sombra.
Satoransky comanda una jugada en el partido entre el Barça de basket y el Baskonia
En Euroliga, el base del Barça está promediando, únicamente, 4,5 puntos por partido, que acompaña con 3,1 rebotes y 4,4 asistencias. Son números muy pobres. Más aún, si se miran los porcentajes. En tiros de dos, Sato está en un 38,7% (12/31). De tres, en un 28,6% (6/21). Solo ha superado los dobles dígitos en un partido, contra el Estrella Roja, en el que metió 11 puntos.
Salario elevado
La media de minutos de Satoransky es de algo más de 20 por partido. Es de los que más juega en el Barça pese a que sus estadísticas muestran que su impacto no se corresponde con el tiempo sobre la cancha. Tampoco su salario.
Tomas Satoransky charla con Joan Peñarroya en el Palau Blaugrana
Según la tabla de sueldos que desvelo Eurohoops en 2023, Satoransky está entre los mejores pagados del continente. El base del Barça cobra dos millones de euros netos por temporada. Satoransky está en el punto de mira.
Dispara las alarmas en el Barça de basket. No encaja, de momento, en el proyecto ni el plan de juego de Peñarroya, un entrenador que quiere posesiones rápidas y correr sobre la pista.