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Joan Peñarroya (55 años) es un entrenador con mucho carácter. Nada que ver con Roger Grimau. El Barça es, hoy, un equipo mucho más aguerrido que hace un año, favorecido por los fichajes de Núñez, Punter, Anderson, Metu y Fall. El técnico de Terrassa, además, sabe picar a sus jugadores.

Grimau, un entrenador de perfil bajo que rara vez montaba en cólera, nunca tuvo una buena sintonía con Willy Hernangómez, el fichaje estrella de la pasada temporada. El Barça pagó 12,5 millones de euros por tres años de contrato y el rendimiento del pívot madrileño nunca fue el esperado.

El primer aviso

Willy es un jugador con buena mano, con buenos números en ataque, pero poco intenso en defensa. Grimau se desesperaba con su actitud. Peñarroya sabía que no lo tendrá fácil con el jugador internacional y su manera de motivarlo fue prescindiendo de él cuando peor estaba.

Peñarroya dio un aviso a Willy y el pívot ha reaccionado. El pasado jueves, en "el peor partido del Barça de la temporada", según dijo el mismo técnico, el jugador madrileño estuvo 14 minutos en pista contra Olympiacos (95-74) en los que anotó 11 puntos y capturó cuatro rebotes: dos ofensivos y dos defensivos. Dos días antes, en la pista del Efes, Willy logró siete puntos en la victoria del cuadro barcelonista por 88-97.

Fall y Vesely

El Barça necesita a Willy y Peñarroya busca soluciones. El pasado verano, Juan Carlos Navarro, manager de la sección, fichó a Youssoupha Fall, un pívot de 2.21 metros para reforzar el juego interior del equipo.

La espectacular canasta de Willy contra el Olympiacos FCB

El fichaje de Fall fue muy celebrado en el Barça, que buscaba un antídoto para frenar a Tavares. Su contratación también ponía presión a Willy Hernangómez. Peñarroya todavía espera más de él, el relevo natural de Vesely, un pívot checo de alto rendimiento.

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