El Barça Femenino ha vuelto a representar por todo lo alto los colores azulgranas. Ya el año pasado hicieron historia al ganar la Champions League, pero este año lograron revalidar su reinado europeo ante uno de los rivales más importantes, como es en este caso el Olympique de Lyon. No solo es una victoria que agrande la vitrina de títulos del club azulgrana, sino también ayuda a Joan Laporta a frenar la preocupante sangría de las últimas semanas.
Los recientes días han sido un tormento para el dirigente del FC Barcelona, que ha estado en el foco de las críticas por la inestabilidad en la gestión institucional y deportiva del club. Desde la polémica de los avales al giro de guion inesperado de la destitución de Xavi Hernández como entrenador del primer equipo. Muchos tumbos en la directiva de la entidad azulgrana que provoca muchas dudas en el barcelonismo, por lo que el triunfo del Barça Femenino aparece en el momento ideal.
Bilbao se convirtió en una fiesta culé. Miles de aficionados se desplazaron hasta San Mamés para festejar la histórica Champions del equipo de Giráldez, haciendo olvidar lo que han sido un par de semanas bastante tensas para el máximo mandatario del club catalán. El propio Laporta no pudo contener las lágrimas al ver a las futbolistas azulgranas levantar el título continental, lo que deja claro que tenía las emociones a flor de piel en un momento tan delicado de la temporada.
El Barça Femenino da la cara
Hace años la intención del proyecto de la sección femenina era fijarse en el primer equipo masculino, tanto por seguir el estilo que tanto ha caracterizado al club como por los numerosos títulos que conquistaron. Ahora la realidad es diferente. El Barça Femenino se ha convertido en el espejo del que se deben reflejar el resto de elencos profesionales de la entidad culé.
La prueba de ello es la paciencia que tuvieron para crear un proyecto sostenible en lo deportivo y económico. No dejaron de confiar en la filosofía futbolística de cara a sentar las bases de una plantilla que ha crecido de la mano de canteranas históricas como Aitana Bonmatí y Alexia Putellas. La forma de jugar se ha visto representada a la perfección con estas dos futbolistas --y muchas otras que han ayudado a formar un equipo letal-- que son referencia en el fútbol internacional.
A pesar de los problemas económicos, el Barça Femenino por estructura y proyecto no ha perdido el norte, a diferencia de lo que se ha visto en el primer equipo. Esa es la estabilidad a la que deben aspirar el resto de elencos profesionales. En un año de tanta turbulencia de la junta de Laporta, la sección femenina ha logrado aislarse de todo el ruido y dar nuevamente la cara por el club ante los ojos del mundo.
Un año histórico
La coronación del equipo de Giráldez en la Champions League ha sido la cereza del pastel de un año absolutamente histórico para la entidad catalana. El Barça Femenino ha arrasado con todos los títulos que ha disputado en la temporada: la Liga F, la Copa de la Reina, la Supercopa de España y la Champions. Cuatro de cuatro en un curso en el que no han dejado de dominar los partidos a partir de la confianza en el juego de asociación que ha dado éxitos al club en otros tramos de su historia.
Pero la ambición de las futbolistas culés no tiene fin. La propia Aitana Bonmatí --autora del primer gol de la final-- reconoció que el deseo de la plantilla es seguir dando pasos en el proyecto y asentar su reinado en una era mucho más larga: "Es increíble lo que estamos viviendo como equipo. Soy una privilegiada, vivir esto con el club de mi vida. Seguimos haciendo historia y cada año queremos más".
Esa mentalidad competitiva es lo que ha hecho crecer considerablemente al Barça Femenino y lo que les permitirá seguir optando por los principales títulos. El trabajo de los altos mandos del FC Barcelona es aprovechar la conexión que están construyendo con la masa social y darle un mayor peso en la institución. No solo por ser un reconocimiento que merecen, sino también para que sirvan de ejemplo a los demás equipos.