El Barça de basket es un equipo con dos caras. Letal cuando encajan bien sus piezas y desesperante cuando levanta el pie del acelerador. En Granada, el grupo de Roger Grimau recuperó su mejor versión en un partido en el que brillaron Willy Hernangómez (20 puntos), Satoransky (15) y Brizuela (10).
Tres días después de su derrota contra el Anadolu Efes, el Barça se tomó en serio el partido de Granada. El equipo tuvo mucha solvencia en ataque y, sobre todo, fue intenso en defensa.
Las bajas por lesión
Grimau no pudo contar con los tres lesionados: Laprovittola, Àlex Abrines y Caicedo. El técnico barcelonés, además, dio descanso a Jan Vesely, un jugador clave en enero.
El Barça recuperó a Nnaji y tuvo un buen equilibrio entre el juego interior y el exterior. Satoranksy recuperó sensaciones, con 15 puntos y tres triples convertidos de cuatro lanzamientos. El checo es una pieza básica para que el equipo azulgrana pueda ganar títulos.
Las claves de la victoria
Satoransky aportó una buena dirección y Brizuela va a más. El escolta vasco parece entonarse y sumó 10 puntos contra el Covirán. Es un jugador muy apreciado por Grimau, por su capacidad para revolucionar los partidos.
Bajo la pintura, mientras, brilló Willy Hernangómez. El pívot madrileño parece que se ha puesto las pilas tras ser llamado al orden. Es un jugador más ofensivo que defensivo y en Granada sumó 20 puntos y un 19 de valoración.
Con Hernangómez en pista, el Covirán no encontró soluciones bajo el aro. Al descanso ya perdía por 10 puntos (32-42) ante un Barça aplicado en el que también sumó 10 puntos Jabari Parker.