Aitana Bonmatí cobra un sueldo de alrededor de 300.000 euros anuales en el Barça. Así ha podido confirmarlo Culemanía. Las especulaciones que han salido a la luz en algunos medios, señalando que la jugadora culé gana 21.000 euros al año, no están en lo cierto. Es más: confunden el salario mínimo que se cobra en el fútbol femenino español --los citados 21.000 euros al año-- con lo que ganaría presuntamente la mejor futbolista del planeta, que es mucho más.
Menos, sin embargo, que una de sus compañeras de equipo: Alexia Putellas. Según ha podido saber Culemanía, la de Mollet del Vallés está actualmente en unos emolumentos que rondan los 600.000 euros anuales con el FC Barcelona, mientras que podría pasar a un sueldo de entre 800.000 euros y un millón al año si renueva su contrato con el club blaugrana.
Aitana cobra alrededor de 300.000 euros
Aitana, en este sentido, cobra aproximadamente la mitad que su compañera Alexia. Una situación paradójica, teniendo en cuenta que Aitana Bonmatí es la vigente Balón de Oro y FIFA The Best, mientras que su compañera lleva más de un año sin brillar por culpa de los problemas físicos.
Precisamente ese es uno de los problemas que se le aparecen a Laporta en el horizonte. Las renovaciones de ambas jugadoras, que son emblemas en el FC Barcelona y terminan contrato en junio de 2024 y de 2025, respectivamente.
Alexia y Aitana, vasos comunicantes
Si Alexia acaba renovando, sea por el precio que sea, condicionará directamente las futuras negociaciones que se abrirán en 2024 con Aitana Bonmatí. Algo que ya ha sucedido en el pasado con el equipo masculino, durante la época de Messi y Neymar o con vacas sagradas como Gerard Piqué, Jordi Alba y Sergio Busquets.
Aitana Bonmatí sostiene el premio The Best de la FIFA
Está claro que Aitana no querrá cobrar menos dinero que Alexia siendo como es, en la actualidad, la mejor del mundo. No sería lógico que la de Mollet ganase el doble --o casi-- que ella, y más dinero aún que otras piezas clave del equipo femenino como Patri Guijarro, Mapi León, Graham Hansen, Rölfo y compañía. El debate está abierto, y el riesgo de incendio sigue presente.