El Barça Femenino está sobre aviso bajo el mandato de Laporta. Casi tres años después de su triunfo electoral en 2021, el club no da síntomas de mejora en ninguna de sus principales secciones deportivas. El primer equipo masculino es la viva imagen de la frustración, con un Xavi que camina sobre el alambre tras la bochornosa derrota contra el Real Madrid en la Supercopa de España. También está peor el Barça en basket, muy lejos del nivel que mostraba con Jasikevicius, Mirotic y Higgins. Y en cuanto al Femenino, sigue siendo uno de los mejores equipos de Europa, pero la desbandada que está sufriendo pone en riesgo su estabilidad.
La sección perdió en los últimos meses al director deportivo, Markel Zubizarreta, quien puso rumbo a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Se producirá también la salida de Jonatan Giráldez en verano, tras haber firmado ya con Washington Spirit, y las tensiones en renovaciones clave como las de Alexia Putellas, Aitana Bonmatí y Sandra Paños tan sólo alimentan la incertidumbre.
La gallina de los huevos de oro del Barça, al ser por ahora la única sección autosuficiente y que aporta beneficios, se encuentra en peligro de extinción. El Barça Femenino vive una realidad paralela con respecto al resto del club, tras haber establecido un microcosmos que aúna sostenibilidad económica y éxitos deportivos. La imagen de Aitana Bonmatí recibiendo el Balón de Oro y el FIFA The Best --tras los dos consecutivos de Alexia Putellas-- ha sido en los últimos meses una muestra más de la buena salud general que luce la sección.
¿Adiós al gran legado de Bartomeu?
Una de las principales amenazas para el proyecto llega desde Estados Unidos. La oferta que ha seducido a Giráldez, donde los equipos femeninos están mucho más consolidados, podría afectar en el futuro a las cracks de la plantilla. "La situación es preocupante. Tienes unas jugadoras que deben ir creciendo en el aspecto salarial, y no sé si estamos al nivel de apuesta firme del club en este sentido. Hay una cosa de contexto, que es el buen trabajo que se está haciendo más en otras ligas (EEUU, la Premier League...) y no en España. Si no estás en una liga competitiva, es fácil cambiar", recuerda a Culemanía una fuente que trabajó directamente en la gestación del Barça Femenino, bajo el mandato de Josep Maria Bartomeu.
El dinero extranjero podría atraer no sólo a gestores como Zubizarreta y Giráldez, sino también a jugadoras como Alexia Putellas, Aitana Bonmatí o Patri Guijarro. Si eso sucediera, ¿qué pasaría con el futuro de la sección? Una cosa está clara: sería muy complicado sustituirlas. Paralelamente, está el problema de las renovaciones. El desenlace de las negociaciones con Alexia Putellas marcará las pretensiones económicas de la actual Balón de Oro y FIFA The Best, Aitana Bonmatí, en las futuras negociaciones con Laporta. La de Mollet acaba contrato en este 2024, y la actual gran estrella del equipo lo hace en junio de 2025.
El jaque mate que 'Jan' quiere evitar
Naturalmente, Aitana no querrá cobrar menos dinero que Alexia al ser, hoy en día, la mejor jugadora del mundo. No sería lógico que la de Mollet ganase el doble --o casi-- que ella, y más dinero aún que otras piezas clave del equipo femenino como Patri Guijarro, Mapi León, Graham Hansen, Rölfo y compañía. Por culpa de la renovación de Alexia, Laporta podría verse presionado para reestructurar la escala salarial de la plantilla. Algo que produciría una escalada de tensión en el vestuario.
Es necesario tener en cuenta que el vestuario del Femenino ya arrastra rencillas y rivalidades silenciosas desde hace meses, en relación con la participación --y al contrario-- de varias integrantes del equipo en el Mundial de Australia. También por la competitividad que existe en posiciones concretas del campo, donde Sandra Paños se ha visto totalmente opacada por la ascensión de Cata Coll. La única sección del club que funciona y el gran legado de Bartomeu en el club, por tanto, están amenazados por la gestión de Laporta. Como en una partida de ajedrez, los próximos movimientos del presidente serán claves. Y el riesgo de jaque mate está presente.