El Barça de basket ha iniciado un nuevo ciclo. Se acabó la era Mirotic, que salió del club a cajas destempladas. También se fue Sarunas Jasikevicius, un técnico con mucho carisma en Europa, y fue sustituido por Roger Grimau, un entrenador sin experiencia en la élite pero que conoce perfectamente la idiosincrasia del Barcelona. En el partido del lunes contra el Girona (104-92) se detectaron importantes cambios respecto al equipo de la pasada temporada.
Personalidades distintas
Jasikevicius era un técnico muy metódico. Un entrenador que gesticula constantemente y corrige a sus jugadores. Es enérgico y sus gritos eran habituales en el Palau. Grimau, en cambio, es más tranquilo. No es partidario de grandes bronces y prefiere convencer al jugador de una manera más didáctica.
Intensidad defensiva
El técnico lituano es muy estricto con sus jugadores. Con su actitud. La intensidad defensiva no se negocia. Sus broncas eran sonadas cuando un jugador se olvidaba de su marca. Grimau parece ser menos estricto. En semifinales, contra el Girona, su equipo encajó 37 puntos en el segundo cuarto. Luego se puso las pilas.
Las rotaciones
Con Jasikevicius, los papeles estaban más claros. Su Barça también contaba con Mirotic, el gran referente del baloncesto europeo. El problema es que apenas contaba con jugadores como Oriol Paulí y Da Silva. Los papeles, ahora, están más repartidos.
La Miroticdependencia
El Barça de Jasikevicius dependía mucho del estado de gracia de Mirotic. Era la gran estrella del equipo. El Barça de Grimau es mucho más coral. No hay un líder claro y falta por ver la adaptación de Jabari Parker, antigua estrella de la NBA que ha vivido un calvario por culpa de dos graves lesiones en la rodilla izquierda.