El Real Madrid, ahora mismo, es una bomba de relojería. Un barco que hace agujeros por todos lados. Fue el 0-4 del Barça en el clásico el primer sorpresón. Después, el batacazo de Vinicius y su (no) Balón de Oro. Lo siguiente fue una decisión de club: no viajar a París en un gesto que dejó sin gala a Jude Bellingham, Arda Guler, Carlo Ancelotti, Dani Carvajal y Kylian Mbappé. La última noticia es que Aurélien Tchouameni está en venta.
El clásico empezó una cadena de sucesos que no ha tenido fin. El centrocampista francés de 24 años no ha triunfado, por el momento, en el club merengue. Destaca por ser un destructor y no un organizador de juego. Queda en evidencia desde la retirada de Toni Kroos, quien suplía sus carencias.
¿Mal pagados?
Tchouameni cada vez tiene menos apoyos en la institución que preside Florentino Pérez. Teniendo en cuenta que el dirigente pagó 80 millones de euros al Mónaco, la frustración se entiende todavía más. El mediocentro francés llegó para ser decisivo y la realidad demuestra otra cosa.
La dirección deportiva y el entrenador, Carlo Ancelotti, se empeñaron en diseñar un equipo excesivamente físico, con nombres como el del propio Tchouameni, pero también otros como Fede Valverde, Eduardo Camavinga o el mismísimo Jude Bellingham, que destaca más como delantero que como creador.
Un fichaje estrella
Entre todos estos nombres, Tchouameni sería el que menos caché y nivel tiene. Además, está señalado porque, de cara al futuro, el Real Madrid tiene pensado intentar el fichaje de Rodri Hernández, actual Balón de Oro. Si Florentino consigue contratar el mediocentro español, Tchouameni estaría totalmente sentenciado.
El valor del futbolista galo en Transfermarkt está desfasado: 100 millones de euros. Parece impensable que algún club pueda pagar esta cantidad con su inicio de temporada. Tchouameni está en la cuerda floja. Su único valedor podría ser Ancelotti.