No hay partido de Vinicius Júnior en que no monte un escándalo. Contra el Deportivo Alavés (3-2), la estrella del Real Madrid completó un gran partido. Con balón. Porque sin la pelota fue protagonista por lo mismo de siempre: chillar al árbitro, a los asistentes, a los futbolistas del equipo rival y recibir tarjetas por protestar.
El extemo brasileño dijo en su día que solo quería ser protagonista por el fútbol, pero, hasta en el Santiago Bernabéu, donde nadie se mete con él, se empeña en desmentirse a sí mismo. En la primera parte vio la cartulina amarilla por protestar. Muñiz Ruiz no dudó. Sí lo hizo, en cambio, en la segunda parte.
Ya apercibido, el futbolista del Madrid agredió a Mourinho, que no poseía el balón en ese momento. Después, sin querer, pisó con la bota izquierda su gemelo, cuando el futbolista albiazul había quedado tendido en el terreno de juego por la embestida de Vinicius Júnior. Impunidad total para uno de los candidatos al Balón de Oro.
Espectáculo en los banquillos
Después, al ser sustituido por Carlo Ancelotti en el 90', para perder tiempo, Vinicius se rio en la cara del cuarto árbitro. El colegiado dio 6 minutos de añadido, injustos para el atacante de la Canarinha. Soltó una carcajada delante del trencilla, de tal manera que el banquillo del Madrid se lo llevó por la fuerza. Vinicius no recibió la segunda amarilla por esta acción.
La diferencia con Lamine Yamal es abismal. Un chico de 17 años muestra la madurez que Vinicius no ha ganado pese a tener muchos más años de carrera. Los rivales, en cambio, pueden dar patadas criminales al extremo del FC Barcelona, pese a que ni se enfrenta con la grada, ni protesta a los árbitros.