El Real Madrid ganó por goleada al RCD Espanyol en el Santiago Bernabéu (4-1). Pero el resultado final no refleja el desarrollo del partido. Los blancos empezaron perdiendo y Carlo Ancelotti, que había dejado a Vinicius en el banquillo, tuvo que sacarlo rápidamente para remontar el encuentro de Liga. El Madrid no estaba cómodo en el campo. De hecho, la frustración era tal que las cámaras de Movistar Plus captaron a Jude Bellingham, presuntamente, insultando al árbitro.
El futbolista inglés, tras recibir una falta, protestó al colegiado Munuera Montero, que le amonestó con la tarjeta amarilla. Este gesto despertó la frustración del centrocampista merengue, que le dirigió al árbitro principal un "what a piece of shit", según han traducido varios medios y usuarios. En castellano, "qué trozo de mierda". Bellingham, por estas palabras, no fue castigado.
El Madrid se llevó los tres puntos con 11 jugadores sobre el verde. La amonestación hubiese supuesto la segunda amarilla, pero Munuera Montero no escuchó el insulto de la estrella blanca. En cambio, por un gesto más interpretable, fue castigado de manera severa Robert Lewandowski, hace dos temporadas.
El gesto de la nariz
Aquel año, el Barça, con un hombre menos, logró ganar en El Sadar (1-2). Lewandowski se marchó expulsado por haber recibido sendas cartulinas amarillas. El delantero polaco, disconforme con las formas de Gil Manzano, abandonó el terreno de juego tocándose la nariz con la punta del dedo índice. "Una vez expulsado y cuando se dirigía hacia la salida del campo, el jugador realizó dos veces un gesto de desaprobación de la decisión arbitral, consistente en llevarse el dedo a la nariz, y apuntando después con el pulgar hacia el árbitro", recogió en el acta el colegiado.
Por el supuesto acto de desprecio, Lewandowski fue castigado con tres partidos de sanción. El delantero del Barça declaró que el gesto iba en dirección a Xavi Hernández, por aquel entonces entrenador. Otra justificación es que, en Polonia, este ademán significa arrogancia o chulería, pero no un insulto a Gil Manzano.
Lewandowski quiso, según los últimos argumentos, mostrar que estaba en desacuerdo con las formas del árbitro español. Sin embargo, su gesto, desde luego, no es tan explícito como el insulto de Jude Bellingham el pasado sábado. Veremos qué sucede con el jugador del Madrid. De momento, está impune.