El Barça de basket muere en la orilla. El primer clásico de la temporada 2024-25, con motivo de las semifinales de la Supercopa, ha finalizado con derrota (89-83) ante el Real Madrid. Las perdidas y los tiros libres merengues penalizaron por completo al equipo de Joan Peñarroya, aunque individualmente sufrieron el bajo nivel de un Jan Vesely que queda como el gran señalado de la dolorosa caída en el Palacio de los Deportes de Murcia.
Jabari Parker y Darío Brizuela se encargaron de sostener al Barça de basket hasta los minutos finales del encuentro a partir de sus 17 y 14 puntos, respectivamente. El cuadro azulgrana fue mejor en los triples, pero las perdidas y el dominio en la pintura de jugadores como Edy Tavares y Serge Ibaka ha sido la diferencia definitiva de un partido que también tuvo cierta complicidad arbitral por la facilidad al cobrar las faltas a favor de los merengues.
Jabari mantiene el nivel
La igualdad fue la tónica en la primera mitad del clásico de Supercopa. El Barça de basket tuvo ventaja en el lanzamiento exterior, especialmente con la sobresaliente precisión de Darío Brizuela. Entre el escolta y Jabari Parker lograron mantener el nivel del equipo azulgrana, teniendo en cuenta los problemas para defender el juego interior del Real Madrid.
Vesely y Metu no mostraron mucha contundencia en la defensa de la pintura. Eso abrió la puerta para que jugadores como Abalde e Ibaka hicieran mucho daño. El Barça estuvo cerca de marcharse al descanso con una desventaja de ocho puntos, pero reaccionaron a tiempo a partir de la aportación defensiva de Justin Anderson y el liderazgo anotador de Jabari (12 puntos en la primera mitad) para dominar en el marcador (41-42) por la mínima.
Tensión hasta el final
El tercer cuarto tuvo a un Real Madrid más inspirado. Hezonja empezó a enchufar los triples y Tavares fue un dolor de cabeza dentro de la pintura. Nuevamente los de Chus Mateo lograron recuperar la ventaja con un parcial de 14-4, lo que provocó que el entrenador del Barça de basket pidiera tiempo muerto. Esos minutos supuso una pequeña bombona de oxígeno para los azulgranas, sobre todo por los triples de Abrines que permitieron recortar la diferencia (67-61).
El equipo de Peñarroya buscó voltear el marcador en el último cuarto. Una misión de máxima dificultad, debido al dominio de Ibaka en la pintura con dos tapones consecutivos que frenaron a los azulgranas. Los triples de Brizuela fueron la respuesta del Barça para acercarse a los merengues. A falta de cinco minutos, Jan Vesely pudo anotar un par de puntos que permitieron mantener la diferencia (69-67) a una sola jugada.
Las imprecisiones se hicieron notar en las siguientes jugadas de los dos equipos. El Barça pudo empatar gracias a la canasta de Anderson. El encuentro fue un duro intercambio de golpes. Triples de lado y lado, cortesía de Hezonja y Satoransky. Lamentablemente, el equipo azulgrana no pudo aguantar en los segundos finales después de una pérdida de Vesely. Los tiros libres Campazzo sentenciaron por completo las semifinales de la Supercopa.