El marcador del clásico entre el FC Barcelona y el Real Madrid disputado en Miami (3-0) denota una victoria azulgrana aplastante. Sin embargo, el encuentro no pudo concluir con un resultado más engañoso. Si bien es cierto que el Barça de Xavi Hernández mandó un balón a la madera por medio de una volea de Oriol Romeu, el equipo madridista envió cinco tiros a la madera. De hecho, Vinicius Jr estrelló tres disparos contra el palo y falló un penalti. De haber atinado la puntería unos centímetros otro gallo cantaría sobre el marcador final.
A pesar de marcharse de vacío, el extremo brasileño se convirtió en el principal dolor de cabeza del conjunto azulgrana. Sobre todo, amenazó en las clásicas transiciones vertiginosas del Madrid. Además de los tres tiros estrellados contra el larguero, Vini dispuso de otros dos disparos; uno detenido por Ter Stegen sin problemas y otro de rosca que se marchó desviado por escasos centímetros.
Travesaño imantado
No importaba la distancia ni el ángulo desde el que probara Vinicius. Hasta tres veces se encontró con el larguero, con el que terminó peleado el atacante de 23 años. Primero, a los 20 minutos del partido, en un penalti provocado por unas manos de Ronald Araujo. El internacional con la canarinha tenía tanta ansia de poner el empate a uno en el luminoso que el palo escupió su latigazo centrado desde los once metros.
También en el primer tiempo, Vini recogió un balón rebotado en el corazón del área y a la media vuelta envió otro remate al travesaño. Al botar sobre la línea, el propio jugador y sus compañeros pedían al colegiado la revisión de la jugada en el VAR. Sin embargo, el esférico no había sobrepasado la línea y se mantuvo la victoria mínima del Barça (1-0).
Esfuerzo sin premio
Para la reanudación, Vinicius ya se había tomado personalmente su pelea con los palos. Para finalizar una cabalgada consiguió apuntar dentro del arco, pero su tiro con la pierna izquierda, demasiado manso, lo recogió Ter Stegen. Minutos más tarde volvió a la carga desde banda izquierda. Se coló entre varias camisetas azulgranas por el pico del área y probó una rosca rasa que tras rozar en la pierna de un rival fregó el poste y se perdió por línea de fondo.
Sin embargo, fue Sergiño Dest quien sufrió la reacción iracunda --en términos futbolísticos-- de la estrella del Real Madrid. De nuevo en su hábitat natural, el depredador brasileño sorteó a su presa mediante una bicicleta y un caracoleo de derecha a izquierda. En definitiva, Vini superó al lateral norteamericano y, con poco ángulo fusiló a Ter Stegen. En aquella jugada quedó demostrado que aquel partido el futbolista madridista no debía ver portería, pues el larguero repelió el chute. Qué hubiera sido del encuentro de haber estado ligeramente más atinado de cara a portería.