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Es un elegido. Lamine Yamal tiene magia en las botas. Mucha. Y personalidad de sobra. No existe la presión para un chico de 17 años en un Barça-Bayern de Champions League. El equipo de Hansi Flick, a pesar de adelantarse en el minuto 1 de partido, fue sobrepasado por los muniqueses. No salía de la presión bávara hasta que Yamal dijo 'basta'.

Se vistió de Leo Messi. Sacó las castañas del fuego cuando el balón más quemaba. El Bayern ahogó al Barça en su propio campo desde el pitido inicial hasta los primeros 20 minutos, momento en el que Lamine bajó hasta un cuarto de campo y empezó a regatear rivales. Asumió riesgos y su equipo lo agradeció. Recordó al mejor Messi, el que tiró un caño a Milner en la 2014-15 y dejó anonadado a Pep Guardiola. Esta vez la víctima fue Serge Gnabry.

Lamine se comió a la banda derecha del bayern con gestos de absoluto crack mundial. Lo que es. No aparecerá en las estadísticas, pero su participación en el Barça-Bayern ha sido fundamental para los de Flick. Dio el pase previo al gol de Robert Lewandowski, en la pugna que ganó Fermín López, y al cuarto del Barça, que anotó Raphinha.

La edad solo es un número

El joven extremo de Rocafonda juega con una sonrisa. No puede esconder la alegría tras el cuarto gol azulgrana, colofón de una goleada a la bestia negra del Barça, el Bayern. Alphonso Davies fue el objetivo de Lamine Yamal durante todo el partido. En líneas generales, participó poco con un Barça instaurado en campo contrario, pero todos sus toques fueron trascendentales.

Lamine Yamal regatea a Joshua Kimmich EFE

Lamine Yamal es una piedra angular en el Barça de Flick. Tira caños, amaga con el cuerpo, deja pasar el balón entre sus piernas, da pases precisos como un centrocampista. No tiene prácticamente debilidades en su juego. Es una estrella y uno de los mejores jugadores en el mundo.

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