Lamine Yamal tiene muchísimas virtudes sobre el terreno de juego. En cambio, tiene muy pocos defectos. Pocas veces hace muestra de ellos, aunque en los dos últimos partidos en que Hansi Flick lo ha sustituido, el extremo del FC Barcelona ha quitado la sonrisa que caracteriza su cara de joven adolescente. En el último partido de los azulgranas, en Mendizorroza, el técnico alemán cambió en el 67' a Lamine por Ansu Fati. El motivo era más que lógico: dar descanso a un chico de 17 años que lo ha jugado todo, aunque sea en contra de su voluntad.
Sin embargo, los rumores se dispararon por la cara de pocos amigos con la que salió Lamine Yamal del césped. Incluso Héctor Fort tuvo que consolarle en el banquillo. Lo mismo sucedió contra el Young Boys, en Champions League. A falta de 15 minutos, Flick decidió que el atacante del Barça debía ser sustituido. Al canterano tampoco le hizo demasiada gracia.
Lamine zanja el tema
Lamine Yamal ha querido dar por cerrado el tema en una entrevista con RTVE. "Más que enfadado era que no estaba contento con mi partido. Pensaba que podía jugar mejor. Por dentro podía haber hecho un mejor partido. La verdad que me exijo mucho. Es la línea que tengo que seguir para dar siempre el 100%", ha asegurado la estrella azulgrana.
Flick, preocupado por la carita del chico, habló con el futbolista. "Me preguntó que porque si era por el cambio o por mi juego. Le dije que era por mí, porque no ayudé del todo al equipo bien. Podría haber ayudado más. Le dije que para el siguiente partido estaría al 100%", ha confesado Lamine Yamal.
"Es muy cercano a todos. A los jóvenes y a los veteranos, a los que juegan más y a los que juegan menos. Da mucha confianza. Se ve que todos estamos muy cómodos en el vestuario y que los que salen desde el banquillo lo hacen con mucha confianza también", ha sentenciado el 19 del Barça.