El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, rehúye la etiqueta de club vendedor cada vez que los medios lo abordan. La dirección deportiva del club azulgrana ha opatdo por encontrar soluciones más imaginativas para alcanzar la norma de Fair Play 1:1 antes que los traspasos de jugadores. Preferiblemente, el director del área de fútbol, Deco, ha elegido sacrificar los descartes de Hansi Flick.
El técnico alemán le ha dado uso a Ferran Torres, pero desde el debut de Dani Olmo ha minimizado sus participaciones. El delantero valenciano queda señalado cada vez que juega y está sentenciado para las próximas ventanas de traspasos. Más cuando el Barça busque reforzarse ante un posible horizonte 1:1 en el mercado de invierno de 2025. El tiburón está en el escaparate, y desde Italia se apunta al posible interés de la Juventus de Thiago Motta.
Negocio ruinoso
En pocas ocasiones el rendimiento del atacante de Foios ha convencido al barcelonismo desde su aterrizaje en enero de 2022. En el comienzo de la temporada 23-24, el canterano del Valencia cosechó tres goles en sus cuatro primeros partidos de Liga. También le endosó un hat-trick al Betis en la segunda vuelta. De hecho, Ferran culminó su mejor curso realizador en can Barça con 11 goles y 3 asistencias en 42 partidos.
Escasa aportación tangible para un futbolista que costó 55 millones de euros --repartidos en cuatro plazos--. Y todavía mantiene contrato en vigor hasta 2027. El ex del Manchester City fue la primera apuesta costosa de Laporta en 2022. Por aquel entonces, Transfermarkt lo tasaba en 45 millones. Dos años y medio más tarde, su valor ha descendido hasta los 30 kilos.
Comienzo decepcionante
Si bien el comienzo ilusionante 23-24 le valió el sobrenombre de tiburón un año más tarde se ha quedado en sardina enlatada. Hasta la inscripción atrasada de Dani Olmo en la tercera jornada, Ferran gozó del estatus de titular. Tres apariciones grises ante Valencia, Athletic Club y Rayo Vallecano desembocaron en su primera suplencia contra el Valladolid. De revulsivo ante el conjunto franjivioleta firmó su mejor actuación hasta la fecha con un gol y una asistencia.
Desde entonces, números igualmente discretos. Con el paréntesis de su expulsión en Girona y el partido de sanción contra el Villarreal, Ferran reapareció en el once ante Osasuna. Con esto, desaprovechó la oportunidad en otra noche aciaga, saldada con una asistencia exigua a Lamine Yamal en el tramo final. El tiburón vuelve a la rampa de salida tras dos años y medio de más sombras que luces. Su único consuelo, la selección española. Luis de la Fuente no ha perdido la confianza en el delantero de 24 años pese a su intermitencia con el equipo barcelonista. Este parón de selecciones de octubre repite convocatoria con la Roja.