El nuevo Camp Nou, la triple carta ganadora de Joan Laporta en el Barça
El presidente azulgrana presentará los 91 millones de pérdidas en la asamblea, pero también aprovechará la ocasión para presumir del estadio de Les Corts
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Joan Laporta pierde una gran oportunidad. El pasado 26 de septiembre, en junta directiva, el presidente ratificó que la asamblea de compromisarios del FC Barcelona se haría de manera telemática. El dirigente afirma que este método fomenta la participación y así estaba señalado en su programa electoral. Sin embargo, detrás de la pantalla los socios no podrán quejarse y protestar ante las declaraciones de Laporta, en el punto de mira por los 91 millones de pérdidas del pasado ejercicio. A su vez, el abogado catalán tenía la gran ocasión de presumir de Hansi Flick, la Masía y, sobre todo, el nuevo Camp Nou.
Laporta se mueve como pez en el agua en el estrado. Tiene una gran oratoria y siempre opta por discursos optimistas, que levantan esperanzas. El Espai Barça pinta bien, pese al retraso confirmado de las obras hasta la segunda vuelta de Liga, y tocaba discutirlo en el punto número 6, "Espai Barça. Situación actual y próximos objetivos", de la asamblea que tendrá lugar el próximo 19 de octubre. El Camp Nou es la carta ganadora del presidente por tres razones distintas.
1. Una mejor situación económica
La finalización de las obras es clave para la recuperación económica del club. El traslado a Montjuïc, a pesar de que la previsión era perder 78 millones de ingresos, ha provocado que el Barça deje de percibir más de 100 millones de euros por la explotación del estadio. Durante esta temporada, la institución tampoco remontará la enorme desviación. La recuperación se hará "de forma progresiva".
El momento de empezar las obras no era el más adecuado, con los intereses en su punto álgido y sin tener todas las licencias. Además, el Barça tenía --y tiene-- la deuda disparada. Aguantar otro año hubiese ayudado mucho en esta tesitura, pero Laporta quiere inaugurar el nuevo campo de Les Corts. Los 12 millones de beneficios por el "ejercicio ordinario" muestran un cierto equilibrio en la actividad recurrente del club.
Volver al Camp Nou será una bombona de oxígeno para las arcas de la entidad. El club generará nuevos ingresos que antes no existían. La previsión es que, con los más de 105.000 espectadores, los patrocinios, los palcos VIP y el food and beverage el estadio genere unos 346 millones al año, unos 140 kilos más que el antiguo.
2. Mejor imagen como reclamo para fichajes
El nuevo Camp Nou es sinónimo de más ingresos y, por tanto, más dinero para fichajes. Laporta quiere repetir presidencia. Baraja adelantar las elecciones si la temporada va bien, como avanzamos en Culemanía. Sino, los comicios se celebrarán en 2026. El abogado catalán desea ser recordado como el hombre que inauguró el templo barcelonista. Y, si lo hace con un gran fichaje, mejor.
El nuevo Camp Nou será una gran baza para atraer a más futbolistas. Entre ceja y ceja tiene el presidente a Erling Haaland. El contrato del delantero noruego con el Manchester City acaba en 2027. Su cláusula, a partir de enero, será de 175 millones de euros. Robert Lewandowski, con 36 años, necesitará alguien a quien pasarle el testigo. También volverá a sonar Nico Williams, que seguirá con la misma cláusula de rescisión: 58 millones de euros.
3. Mejora anímica en el barcelonismo
La tensión provocada por los 91 millones de pérdidas del ejercicio 23-24 puede quedar en el olvido. Como se suele decir, mientras la pelotita entra, todo lo demás queda en segundo plano. La apuesta de Laporta por Hansi Flick está dando sus frutos. El juego del equipo ha mejorado mucho. Un proyecto exitoso, un equipo atractivo, puede llenar el nuevo Camp Nou.
La oposición critica la gestión económica del presidente, pero poco tiene a decir sobre el plano deportivo esta temporada 24-25. Raro sería que la asamblea no ratificase los números presentados por Laporta. Los socios estarán contentos por los resultados del equipo hasta la fecha. Flick ha aliviado todo tipo de tensión y ha alimentado la ilusión del barcelonismo. Flick y Camp Nou, si nada se tuerce, formarán un combo explosivo. Laporta lo tendría todo para ganar las elecciones.