Quique Cárcel acepta una dura realidad en el Girona FC. A pesar de haber firmado un año histórico, en el que lograron la primera clasificación de la historia del club a la UEFA Champions League, lo cierto es que se preparan para un verano de dolorosas bajas. La operación salida tuvo inicio con Aleix García, pero el director deportivo ya asume que en la ventana de traspasos se puede marchar Artem Dovbyk, el crack que está llamado a sustituir a Robert Lewandowski en el FC Barcelona.
El ejecutivo del club gerundense manifestó en una entrevista concedida al Diari de Girona que "no tenemos que comprar para vender, tenemos que comprar para consolidar el proyecto", aunque posteriormente añadió que "yo no quiero vender Dovbyk, pero si pagan 40 millones, no puedes hacer nada, se tiene que vender. El más importante es aprovechar todo esto para consolidar el Girona a la élite".
Los jugadores del Girona celebran el gol de Dovbyk
La postura del Girona FC es mantener a sus mejores futbolistas para disputar todas las competiciones del siguiente curso. Sin embargo, los altos mandos saben que Dovbyk, Pichichi de la Liga con 24 goles, es uno de los jugadores que mejor cotiza actualmente en el mercado. El propio Barça le considera como una potencial opción para relevar a un Lewandowski que entra en la recta final de su carrera profesional.
Competencia por Dovbyk
Actualmente, el club mejor posicionado para hacerse con los servicios del delantero ucraniano es el Atlético de Madrid. En los últimos días ha sonado con fuerza el interés de Simeone en incorporar a Dovbyk para potenciar a un frente de ataque que fue irregular en el anterior curso. Las informaciones apuntan a que la entidad colchonera ya habría llegado a un acuerdo con el artillero de 27 años.
Con la llegada de Hansi Flick, Lewandowski es inamovible. Y el Barça ya se puede olvidar de Dovbyk. La marcha de Xavi Hernández supuso con un cambio radical en la planificación deportiva, teniendo en cuenta que el de Terrassa aposta por sustituir al delantero polaco. Por su parte, el Girona, que difícilmente podrá retener a Artem, se mantiene con respecto a no bajar de lo estipulado en la cláusula de rescisión