Oriol Romeu ha quedado relegado al banquillo del FC Barcelona. A principios de temporada, el futbolista de Ulldecona imponía con fuerza su candidatura. Xavi Hernández quería un mediocentro posicional de primer nivel, pero, debido a la economía de guerra, el club solo pudo gastarse 3,4 millones de euros, lo que costó el centrocampista catalán. Romeu se mostró sólido junto a Frenkie de Jong.
Xavi, en su famoso cuadrado, incorporó en primera línea a Oriol Romeu, como sustituto de Sergio Busquets. De Jong ganaba libertad con él al lado. Con la primera lesión de Frenkie, el mediocentro proveniente del Girona empezó a sufrir, y el entrenador egarense lo castigó de por vida en el banquillo.
Adaptación precipitada
Oriol Romeu (32 años) abandonó el Barça en 2011. Recaló en el Chelsea y después bajó un escalón respecto al nivel de los equipos por los que fichó. Y el nivel de élite es otra cosa. La carga de partidos ha jugado muy en contra de Romeu, que no está acostumbrado a jugar dos encuentros semana tras semana. El futbolista se veía sobrepasado. En Girona tan solo había un choque cada siete días.
Xavi no ha tenido paciencia con él. Romeu ha estado 13 años fuera del Barça y se tenía que adaptar de nuevo a la exigencia del club, posiblemente la más ferviente en el mundo del fútbol. El castigo del entrenador de Terrassa le ha pasado factura a nivel mental, pero Oriol, como gran profesional, ha aceptado su nuevo papel, aunque lamenta la falta de oportunidades.
Se potencia una venta
El míster del Barça, incluso, ha preferido a un central, Andreas Christensen, para ocupar la posición de mediocentro posicional. Un parche que no puede durar para siempre. Joan Laporta se podría plantear la venta del defensa danés ya que el objetivo prioritario es fichar a un centrocampista.
Y la lista la encabezan dos jugadores con un caché muy alto: Martín Zubimendi y Joshua Kimmich. El Barça reforzará por duplicado la posición del pivote. A Romeu lo sustituirá, con mucha probabilidad, de forma gratuita Guido Rodríguez. Y los ahorros se gastarán en un futbolista de élite.
El Barça no ve a Christensen como mediocentro posicional para los próximos años, por mucho que haya cumplido esta temporada. Y la irrupción de Pau Cubarsí y la presencia de Iñigo Martínez complican su puesto como titular en la zaga defensiva. La situación con Christensen es ideal para hacer caja.
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