A lkay Gundogan no le gusta perder. Es un futbolista muy competitivo que encaja muy mal las derrotas. En el Clásico de Montjuïc, el centrocampista alemán lamentó que algunos jugadores del Barça no estuvieran abatidos. También lamentó las facilidades concedidas ante el PSG en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions, criticando a Araujo por su expulsión. Cinco días después, las tensiones parecen estar ya olvidadas.
Gundogan habla claro. Araujo, también. Son dos futbolistas que van de cara. El alemán es más crítico. El uruguayo, más conciliador. La semana pasada se intercambiaron algún mensaje, pero parece que todo está solucionado.
La charla entre ambos
El domingo, tras la derrota del Barça en el Bernabéu, Araujo no quiso removar más las quejas de Gundogan, que fueron mal recibidas en el vestuario azlgrana. "Lo hablamos, me pidió perdón y quedo ahí. No hay más”, aseguró el defensa uruguayo.
Araujo estaba tocado, pero no hundido en Madrid: "Soy muy fuerte de cabeza, llegué a este club porque mentalmente soy muy fuerte, trabajo mucho y creo que futbolísticamente nadie puede reprocharme nada".
El último objetivo
"No podemos usar a los árbitros como excusa. Hay detalles donde nos perdimos y volvimos a fallar", manifestó el defensa del Barça tras una derrota muy conflictiva y frustrante. Araujo, no obstante, aseguró que el equipo debe recomponerse porque le queda un último reto: ser segndos en la Liga.
"Creo que tenemos un grupo joven que hay que animar, hay un grupo humano muy bueno y hay que seguir porque tenemos otro objetivo que es quedar segundos para jugar la Supercopa de España", sentenció Araujo.