La fractura en el vestuario del Barça: dos bandos enfrentados, sin acuerdo para el nuevo entrenador

Los errores propios, de bulto, condenaron al FC Barcelona en la vuelta de los cuartos de final de la Champions League. La expulsión de Ronald Araujo significó un tiro en el pie. El central uruguayo agarró del hombro a Bradley Barcola cuando el delantero ya le había ganado la posición y dejó al equipo azulgrana con un hombre menos. Tras la derrota, sus compañeros no pudieron negar la evidencia. Es más, algunos miembros del vestuario no reprimieron los reproches. Ilkay Gundogan tomó la palabra y señaló las equivocaciones del equipo.

"Todo estaba en nuestras manos y lo hemos regalado de la manera más fácil. Es duro decirlo, pero en momentos tan cruciales tienes que estar seguro de que llegas al balón, y no sé si toca la pelota. Yo prefiero conceder un gol o conceder la oportunidad a Marc André de pararlo, se le fue el control largo a Barcola, incluso. Pero dale la oportunidad a nuestro portero de pararla. Quedarte con uno menos tan pronto te mata", manifestó el volante germano en zona mixta tras el partido.

Gundogan prende la mecha

La crítica, sutil aunque manifiesta, desembocó en un pequeño malentendido entre los denominados clan alemán y clan latino. Se trata de un episodio aislado, acrecentado por la frustración de la derrota. No obstante, en ningún caso rompe los vínculos de amistad de un vestuario unido. Jules Koundé entró al trapo para defender al central charrúa en sus redes sociales, donde unos cuantos protagonistas de la derrota rompieron su silencio.

Tan solo lleva un año en el club azulgrana, pero el veterano centrocampista ya había desatado la polémica tras el primer clásico de temporada, cuando recriminó a los cracks culés que "me gustaría ver más enfado y decepción" después de perder por la mínima ante el Real Madrid en Montjuïc (1-2).

El 'clan latino' replica

Jules le mandó un ligero recado en Instagram que se interpreta como una indirecta a las palabras del mediocampista de 33 años: "Una decepción inmensa no clasificarse para las semis cuando teníamos todo para hacerlo. Por cierto, ganamos como equipo y perdemos también como equipo, siempre. Toca recuperar y prepararse para El Clásico de este domingo. Gracias por el apoyo culers". 

Como si del destino se tratara, Araujo ha atendido a los medios en la presentación del decimonoveno libro Relatos Solidarios del Deporte. Las palabras al respecto dejan meridianamente claro que el dardo de Gundogan no le ha dejado indiferente: "Prefiero guardarme para mí lo que pienso, tengo códigos y valores que creo que hay que respetarlos".

La exigencia del clan alemán

Por afinidad cultural y demográfica, como en todo espacio de socialización en el vestuario del Barça se han formado distintos grupos de amigos, condicionados por la barrera del idioma. Por una parte, futbolistas originarios del centro y el norte de Europa, veteranos como Ilkay Gundogan (33), Robert Lewandowski (35) y Ter Stegen (31). Todos ellos superan la treintena de años. Les secundan Frenkie de Jong (26) y Andreas Christensen (28), también centroeuropeos, aunque más jóvenes respectivamente. Con esto, en un vestuario repleto de novicios, desempeñan el papel de mentores.

El mediocentro neerlandés dio la cara ante los micrófonos tras caer contra el PSG. No expuso tan explícitamente a Araujo, pero dio a entender que el central no estuvo acertado: "No he visto las imágenes, pero tenía la sensación de que el control de Barcola iba muy lejos y se iría a las manos del portero". El portero germano, también políticamente correcto, solo deslizó que "obviamente afectaba la expulsión, con 10 es otro partido y nosotros lo teníamos todo a favor". Añadió que "no quiero decir que fue un fallo lo de Araujo", pero "si pita falta tiene que enseñarle la roja".

El propio Frenkie y Ter Stegen ya han sufrido numerosos fracasos europeos y no escatiman en muestras de autocrítica, tanto a título personal como colectivo. De hecho, cuando el presidente del Barça, Joan Laporta, sondeó el regreso de Leo Messi en 2023, trascendieron antiguas rencillas abiertas. En la etapa que el astro argentino y el ahora segundon capitán compartieron vestuario, el cancerbero reprochó en más de una ocasión públicamente el escaso sacrificio defensivo a la línea de ataque.

Sector hispano, volcado con Araujo

Nuevamente, el clan alemán, más afín a futuribles del banquillo azulgrana como Hansi Flick y Thomas Tuchel, ha entonado el discurso más autocrítico dar un tirón de orejas general al cuadro barcelonista. Principalmente, integrantes del clan latino --de habla hispana o portugués-- como Ronald Araujo y Joao Cancelo recibieron el toque de atención, consecuencia directa de sus errores. Todos ellos, marineros incondicionales en el barco del técnico Xavi Hernández. El carrilero ya había salido por la puerta de atrás del Manchester City cuando Gundo ostentaba la capitanía. 

Los futbolistas del Barça acostumbran a comentar sus publicaciones de Instagram, sobre todo, las de sus amistades en el vestuario. Es ahí donde se aprecia el malestar fruto de las palabras de Gundogan. Tan solo Raphinha respondió al post del volante alemán con un "nos mantenemos fuertes".

En cambio, Sergi Roberto, el capitán, Marcos Alonso y Vitor Roque contestaron la fotografía de Koundé con indirecta hacia el mediocampista. Los jugadores de habla hispana se volcaron con Araujo: Alejandro Balde, Lamine Yamal, Pau Cubarsí, Vitor Roque, Fermín López, Sergi Roberto y Marcos Alonso.

El peor momento

En cuestión de 90 minutos, la moral ha pasado de un extremo al opuesto. Los jóvenes canteranos Cubarsí y Lamine cierran filas en torno a Ronald. Pedri mantiene un perfil bajo y discreto. Veteranos de la talla de Marcos Alonso y Sergi Roberto también arropan sin medianías al central uruguayo. Aun así, estos dos últimos son perfiles idóneos para tender puentes en un vestuario hastiado y desgastado por una temporada ciclotímica.

El clásico del próximo domingo 21 de abril puede culminar la semana trágica con la desconexión de la harmonía en la primera plantilla, o bien devolver las sinergias de los últimos meses a su cauce en pro de luchar por el último objetivo posible: la Liga.