El FC Barcelona nunca tiene la fiesta en paz. Salió como antes no lo había hecho en toda la temporada para vencer al Nápoles en Montjuïc, en la vuelta de los octavos de la Champions League. Tras el empate de la ida (1-1), los futbolistas de Xavi Hernández han salido enchufados y han metido dos goles en los primeros 17 minutos del encuentro. El inicio del Barça ha sido frenético, pero el equipo se ha apagado poco a poco.
La primera parte en el Estadi Lluís Companys ha sido un reflejo de lo que fue la primera en el Estadio Diego Armando Maradona. Esta vez, los azulgrana sí han conseguido adelantarse por dos goles, pero esta gran versión azulgrana no se ha extendido durante los primeros 45 minutos. Esta desconexión la ha pagado cara el conjunto local, sobre todo por dos jugadores: Ronald Araujo e Ilkay Gundogan, que han quedado señalados en el tanto napolitano.
Desconexión
El Nápoles ha elaborado una gran jugada que ha tenido inicio por banda derecha. Desde ahí, el balón ha llegado al punto de penalti donde el central partenopeo Rrahmani ha recortado distancias en el marcador (2-1). El inicio de la jugada lo marca un error del central uruguayo Araujo. El defensa ha desconectado, muy pendiente de marcar a Osimhen, y se ha olvidado de ponerse en línea con Koundé, Cancelo y Cubarsí. Ronald ha roto el fuera de juego en el primer pase.
El otro culpable es Gundogan. El centrocampista alemán ha acompañado a Andreas Christensen en posiciones más atrasadas. Y ahí debe trabajar en defensa. Por un momento, el mediocentro no ha seguido a su marca, que ha rematado en boca de gol. Esta consecución de errores ha vuelto a meter al conjunto del sur de Italia en el partido. El Barça deberá volver a trabajar para ampliar la ventaja y no dar lugar a los fantasmas del pasado en eliminatorias europeas.