"Hemos merecido mucho más", "me voy con buenas sensaciones" o "hemos jugado bien hasta el último tercio" son algunas de las frases que ha pronunciado Xavi Hernández a lo largo de esta temporada. El Barça no ha dejado de acumular tropiezos esta temporada 2023-24. Y cuando vence, en pocas ocasiones lo hace de forma convincente. En Balaídos, un penalti repetido, obra de Robert Lewandowski, le ha dado otra victoria pírrica al equipo azulgrana (1-2). A pesar de la satisfacción del técnico catalán, en el vestuario saben que la Xavineta no va por buen camino.
"Hay que hacer autocrítica. No ha sido un buen partido. Hemos salido dormidos. Hemos de mejorar mucho. Desde mi posición percibo que nos falta mucha más velocidad con la pelota, moverla de lado a lado. Si movemos lento el balón, los defensas están en bloque medio o bajo muy tranquilos. No tienen que esforzarse para defendernos", ha sentenciado Pedri en zona mixta.
Dos partidos diferentes
Sin embargo, el análisis del volante canario dista diametralmente con el de Xavi, que prefiere tirar de optimismo y ver el vaso medio lleno: "Hemos competido mucho mejor que el día del Granada. Hemos estado mejor en el juego posicional, en la presión tras pérdida. En defensa hemos mejorado, más agresivos que el otro día. Tengo buenas sensaciones".
Mismo equipo, mismo vestuario, pero visiones contrapuestas con el Napoli en el horizonte. No es la primera vez que el entrenador de Terrassa peca de falta de autocrítica. Ya ocurrió en Las Palmas, donde otra pena máxima en el tiempo de prolongación evitó que el conjunto barcelonista se dejara puntos en su visita a la ínsula: "El equipo ha hecho un partido para ganarlo, y es justo vencedor. Me voy satisfecho".
Prueba de fuego
El Nápoles ocupa la novena posición en la Serie A, pero la Champions League no es la competición doméstica. El torneo del KO, a ida y vuelta puede resucitar del mismo modo que enterrar a cualquiera en cuestión de 180 minutos. ¿Le bastará al Barça en San Paolo con el juego reflejado en los últimos meses?
Cierto es que el conjunto italiano atraviesa una crisis deportiva más grave, incluso, que el cuadro azulgrana. Con esto, independientemente del rival, los pupilos de Xavi han evidenciado dificultades para sacar la mayoría de partidos adelante. La manita liguera contra el Betis (5-0) del mes de septiembre es el único encuentro de competición doméstica en el que realmente el aficionado culé ha disfrutado sin sufrimiento.
Vence, pero no convence
Ninguno de los triunfos de este 2024 en Liga se ha gestado con holgura suficiente como para afrontar con cierta tranquilidad los instantes finales. Tirando de hemeroteca, las victorias contra Las Palmas (1-2) y el Betis (2-4) se sellaron tras el minuto 90. El Osasuna siguió con vida hasta el pitido final, pues el único gol de Vitor Roque no permitió relajación alguna (1-0).
Hasta la fecha, numerosos rivales teóricamente inferiores de la talla de Granada, Rayo Vallecano, Valencia, Mallorca o Villarreal han luchado de tú a tú contra el Barça. No es el camino idóneo para confiar en una recuperación milagrosa para la máxima competición continental.
Palabra de Pedri: las posesiones son lentas y previsibles, los despistes defensivos puntuales a la par que letales son habituales en cada partido y ya ha quedado más que claro que no importa el rival. Incluso el Almería, colista de Primera División, puso en peligro al conjunto azulgrana en Montjuïc. Solo queda esperar y ver si las buenas sensaciones de Xavi se refrendan, pero los indicadores no auguran unos octavos de Champions plácidos ante un adversario en horas bajas.