Robert Lewandowski, con suspense, salvó al Barça en Vigo. El delantero polaco marcó los dos goles del equipo azulgrana en Balaídos, el segundo tras un penalti que se lanzó dos veces y que inicialmente había errado. Sumó tres puntos el grupo de Xavi tras otra actuación desesperante ante un Celta en horas bajas, pero mucho deberá mejorar para evitar otro duro correctivo en Europa. El miércoles, el Barça se enfrentará al Nápoles en la Champions, el escenario de sus peores pesadillas.
Xavi encaró el partido de Vigo con la mente puesta en Nápoles. En Balaídos prescindió de Iñigo Martínez y Gundogan, a quienes reservó para la Champions, y alineó a Cubarsí, un joven con mucho talento y desparpajo, y Vitor Roque, dos futbolistas que simbolizan el futuro del Barça.
Primera ocasión de Yamal
El Celta comenzó algo ansioso, condicionado por sus urgencias, y el Barça pudo marcar primero en una acción en la que participaron los tres delanteros: Vitor Roque, Lewandowski y Yamal, frustrado por una buena intervención de Guaita. La réplica local, sin embargo, llegó poco después de una acción de Aspas y Larsen que resolvió bien Ter Stegen.
Más intenso, el Celta apostó por un fútbol directo y vertical cada vez que recuperaba la pelota. Su objetivo era simple: conectar rápido con Aspas y Larsen. En el Barça, mientras, Christensen todavía no es un mediocentro fiable y Lewandowski es cada vez más impreciso con la pelota en los pies, pero todavía tiene destellos de clase y mucha pegada.
Yamal, incisivo
El Barça, con muy pocas luces, solo intimidaba cuando la pelota llegaba a Pedri o Lamine Yamal, posiblemente el único futbolista al que no le afectan las tensiones internas. Tampoco está para grandes alardes el Celta, que antes del partido celebró la derrota del Cádiz en Pamplona.
La primera parte fue una castaña, pero el Barça la cerró con un espectacular gol de Lewandowski que fue muy celebrado por Xavi en el banquillo. Pronto, sin embargo, llegaron las preocupaciones para el técnico de Terrassa, que prescindió de Araujo (sustituido por Iñigo Martínez) tras el descaso y vio cómo Aspas empataba el partido en el primer minuto del segundo acto.
El error de Cancelo
Cancelo, muy blando con Mingueza, quedó una vez más retratado. Igual que el Barça, una vez más destensado, que perdió el botín de la primera parte en un plis-plas. Ni en Vigo pudo prescindir Xavi de Gundogan, a quien dio entrada tras el empate del Celta. También entró Raphinha para reactivar a un Barcelona sin alma ni fútbol. Christensen y Vitor Roque fueron los sacrificados.
Celta y Barça estaban espesos, con una caraja impresionante, imprecisos. El partido apuntaba a empate, pero el guion cambió inesperadamente con un penalti clarísimo a Yamal. Lewandowski falló en primera instancia, pero marcó en segunda y dio los tres puntos al equipo de Xavi, que en cuatro días se enfrentará al Nápoles. O mejora mucho, o la temporada acabará en ruina total.