Xavi Hernández necesita un golpe de efecto. Una solución rápida. El Barça está muy tocado y Deco ya ha comunicado al técnico que no podrá fichar a ningún futbolista más en el mercado de invierno. El panorama es desalentador y ahora más que nunca toca ser ingenioso. Innovador. Y Xavi tiene una carta que puede ser ganadoras: Andreas Christensen.
Christensen es un central que gusta a Xavi por su experiencia, su sentido de la anticipación y su buena salida del balón. Es, claramente, un jugador con perfil barcelonista. Como central cumple sobradamente, pero también podría funcionar como mediocentro, una posición que trae muchos problemas al técnico de Terrassa.
El fichaje de Oriol Romeu
En verano, Xavi quiso fichar a Martín Zubimendi o Joshua Kimmich para sustituir a Sergio Busquets. Laporta le comunicó que no era posible por motivos económicos. El plan C era Brozovic, del Inter, que tampoco estaba al alcance del Barça. Y el club activó su cuarta opción: Oriol Romeu.
El rendimiento de Romeu fue de más a menos. De solución pasó a ser un problema y Xavi tuvo que colocar a Frenki de Jong y Gundogan como pivotes. No era su intención, pero no le quedó más remedio.
El caso de Éric García
Xavi siempre ha defendido que Frenkie y Gundogan son muy buenos como interiores, pero no tanto como mediocentros porque pierden llegada. En la cantera tiene a Marc Casadó, pero no confía en él y no le queda más remedio que reciclar a un futbolista.
El elegido podría ser Christensen, titular habitual con Xavi. Hace un año ya probó a Éric García, con escaso éxito. Hoy, Éric juega en el Girona y el Barça no tiene un mediocentro de garantías. Christensen podría ser la solución de emergencia. Veremos si temporal o duradera.