Xavi Hernández vive sus peores días como entrenador del Barça. "Está tocado, desorientado, sin saber cómo actuar con los jugadores", admite una fuente próxima al técnico. Su crédito está bajo mínimos. Una derrota contra el Unionista, en la Copa del Rey, podría ser su sentencia. Tres días después, el equipo azulgrana tiene otra cita más complicada en el campo del Betis. El Barça del curso actual ha involucionado respecto al de la pasada temporada. Los problemas para Xavi comenzaron el pasado verano, con las salidas de Jordi Cruyff y Mateu Alemany de la dirección deportiva. Y con la marcha de Sergio Busquets, el futbolista que mejor interpretaba su ideario.
"Xavi y Jordi eran uña y carne. Los dos hablan el mismo idioma y Jordi siempre fue fiel al técnico, y muy discreto. Entre ambos había mucha complicidad", recalca la misma persona y una fuente del club. El hijo de Johan Cruyff, como ya informó Culemanía, discrepaba del nuevo rumbo de la entidad y, sobre todo, de la alianza de Joan Laporta con Jorge Mendes, representante con una gran influencia en la toma de decisiones del presidente del Barça.
Coincidencia en el mediocentro
Jordi Cruyff, por ejemplo, apoyó plenamente a Xavi cuando expresó su deseo de priorizar el fichaje de un mediocentro de primer nivel para sustituir a Sergio Busquets. El exjugador del Barça también recomendó la contratación de Martín Zubimendi y hace dos años fue decisivo en el fichaje de Aubameyang.
El Barça, finalmente, no fichó a Zubimendi ni a Joshua Kimmich, el plan B. Tampoco llegó Marcelo Brozovic, la tercera opción, sino Oriol Romeu. Y el centrocampista de Ulldecona ha sido una "gran decepción". Xavi se ha encontrado con un escenario inesperado, y ha colocado a Frenkie de Jong y Gundogan como mediocentros. Para él, ambos rinden mucho mejor como interiores.
Buena relación con Mateu Alemany
Xavi también tenía una relación cordial con Mateu Alemany, el anterior director de fútbol. A diferencia de Jordi, el ejecutivo balear tiene un perfil más empresarial que futbolero. Con él discutía menos del estilo del Barça y más de las opciones del mercado, conscientes ambos de las dificultades económicas que lastran al club.
El pasado verano, Xavi se quedó sin Jordi y Alemany, sustituidos por Deco y Bojan, quien interpreta un papel muy secundario. El ejecutivo brasileño, en cambio, es un hombre afín a Laporta, muy ambicioso, con las ideas muy claras y respetado en el mundo del fútbol.
Bajo rendimiento
"Inicialmente, Xavi estaba a la expectativa, pero su sintonía con Deco es buena. Conoce bien el mercado y no hay discrepancias entre ambos", asegura el entorno de Xavi. Entre ambos, no obstante, sí hubo un evidente problema de comunicación al explicar los motivos del cambio en la convocatoria del Barça en el último partido de la Champions que se disputó en Amberes.
Xavi está con la soga al cuello. Necesita una reacción inmediata de sus futbolistas pero tiene muchas dudas. Demasiadas. Koundé y Araujo, por ejemplo, están en baja forma. igual que Lewandowski. También penalizan mucho las bajas de Ter Stegen y Gavi, el futbolista más competitivo del Barça. Sin Busquets, el equipo adolece de un líder en el campo, de un futbolista que interprete bien las necesidades del Barça en cada momento. Y en ataque también echa de menos a Dembelé, un jugador tan imprevisible como desequilibrante.
Palo y zanahoria
El jueves, en Salamanca, Xavi estará en manos de sus futbolistas. Ya no sabe si tensionar al equipo con más palos o relajar el ambiente. Su bronca en el descanso del partido de Liga entre el Barça y el Almería contrastó con su actitud tranquila en Arabia Saudí en el intermedio de la final de la Supercopa contra el Real Madrid.
"La situación es muy delicada y el club no puede darle nada más", añaden las mismas fuentes. Xavi y Deco ya expresaron públicamente, en Arabia, que no esperan más refuerzos. El límite salarial sigue excedido y Laporta se quedó sin los 40 millones de euros que prometió Libero. Su última palanca se desactivó y el Barça agoniza. En los despachos y en el campo.