Xavi Hernández conoce perfectamente la idiosincrasia del FC Barcelona. Tiene contrato hasta el 30 de junio de 2025, pero siempre ha dicho que la etapa de un entrenador en el club depende de los resultados. Es el primero en reconocer que si no hay títulos, se tendrá que ir. Y sabe que el curso actual pinta mal. El equipo no funciona ni experimenta síntomas de recuperación. El presidente, Joan Laporta, no es partidario de grandes cambios en plena temporada, pero el futuro de Xavi pende de un hilo. Y cuidado con la Supercopa de España.
La Supercopa es, posiblemente, el torneo oficial con menos prestigio, pero hace un año tuvo un efecto euforizante para el Barça. Fue el primer título de Xavi como entrenador azulgrana y la confirmación de que el equipo podía soñar a lo grande. En la final, el Barça derrotó al Real Madrid por 3-1 tras una gran exhibición de juego. Esta vez, la historia ha sido a la inversa. El Madrid, aprendida la lección, ha dado un golpe sobre la mesa para evitar dar alas a un Barça decadente, infligiendo un duro correctivo a los azulgranas (4-1).
La sentencia de Valverde
La Supercopa, sin embargo, también fue la sentencia de Valverde, en enero de 2020. En semifinales, el Barça perdió contra el Atlético y el entonces presidente fulminó al técnico extremeño. Quique Setién fue su sustituto y los problemas del equipo, curiosamente, se multiplicaron.
Xavi, hoy, está con la soga al cuello. Su Barça ha perdido la intensidad de la pasada temporada. El equipo encaja muchos goles y el técnico no da con la tecla para mejorar las prestaciones de un equipo que el jueves se enfrentará a Osasuna. Real Madrid y Atlético disputarán la otra semifinal.
El partido de Amberes
Deco, el director de fútbol, se mueve con mucha discreción. El entorno de Xavi asegura que la relación entre ambos es buena, pero la convocatoria del partido contra el Amberes evidenció que la relación no es tan idílica. El ejecutivo brasileño, un hombre de la confianza de Laporta, ya trabaja en un posible relevo.
Rafa Márquez, entrenador del Barça B, está muy bien posicionado para relevar a Xavi. Sería una apuesta económicamente asequible para un club con problemas económicos y con el límite salarial. La gestión del técnico mexicano en el filial también es del agrado de Deco y Laporta. Además, Deco ha ascendido a su amigo Juliano Belleti para ser ayudante de Márquez en el filial, lo que indica que el mexicano se podría hacer cargo del primer equipo y el brasileño se podría quedar como primer técnico del Barça B.
La foto de Laporta
Laporta, hace un mes, no tuvo reparos en presenciar un partido del Barça B contra el Cornellà que se disputó en Palamós. Al acabar el duelo, el presidente se fotografió con Márquez y el club publicó dicha foto en redes sociales.
Míchel Sánchez, entrenador del Girona, también gusta mucho en el Barça. En el club destacan que apuesta por un fútbol ofensivo, con mucho ritmo, y ponen como ejemplo la exhibición que dio su equipo en Montjuïc. En Girona, mientras, saben que su entrenador está en el punto de mira de grandes clubes europeos.
Míchel y Arteta
La propuesta futbolística de Imanol Alguacil, técnico de la Real Sociedad, tiene muchas similitudes con la de Míchel. El entrenador guipuzcoano defiende un fútbol vertical, con una presión muy alta.
La dirección deportiva del Barça también tiene buenos informes de Mikel Arteta, el entrenador del Arsenal. Formado en las categorías inferiores del club, triunfó lejos del Camp Nou. Antes de asumir el mando del equipo londinense, fue el ayudante de Guardiola en el Manchester City. Sus elevadas pretensiones económicas hacen casi imposible la contratación de Arteta.
El mercado sudamericano
Deco, profundo conocedor del mercado sudamericano, podría tener algún tapado en su lista. De momento, espera que Xavi mejora el rendimiento del Barça y no piensa tomar ninguna decisión hasta que termine la temporada, a menos que la crisis vaya a más y la situación se haga insostenible.