Aunque de puertas hacia afuera todos los jugadores apoyen a Xavi Hernández, la realidad es que el devenir irregular del equipo esta temporada 2023-24 está fomentando las dudas entre algunos de los pesos pesados del vestuario. No del capitán, Sergi Roberto, quien ya aseguró este miércoles su confianza absoluta en el entrenador, justo después de la controvertida derrota en Amberes.
Compañeros suyos como Ferran Torres o Pedri González también han salido a la palestra en varias ocasiones, recordando que la culpa principal siempre debe recaer en los jugadores y no en el entrenador.
Malestar en el vestuario
Desde la Cadena SER, en cualquier caso, ya señalaron esta semana que algunas piezas importantes empiezan a cuestionar la gestión de Xavi Hernández. Principalmente la cantidad de días libres que reciben, además de la baja intensidad de algunos entrenamientos (con demasiados juegos de por medio).
Por causa o consecuencia, lo cierto es que son muchos los futbolistas del primer equipo que están alejados de su mejor nivel competitivo. Gundogan no es el del Manchester City, Joao Félix es más efectista que efectivo, Oriol Romeu está hundido psicológicamente y Koundé y Lewandowski, quienes teóricamente son dos de los mejores del mundo en sus posiciones, están mostrando un rendimiento irregular.
Xavi, con la soga al cuello
Otros jugadores también viven entre luces y sombras, y están mostrando síntomas de descontento en algunas ocasiones. La rectificación en la convocatoria de Amberes por intermediación de Laporta y Deco, además, puede entenderse como una prueba más de la falta de autoridad del entrenador a la hora de imponer sus decisiones.
Sea como sea, el bajo nivel competitivo de algunas piezas clave del Barça, a la postre, afecta también a Xavi. Porque si el equipo sigue pinchando, el técnico estará cada vez más con la soga al cuello. Y parecerá que los jugadores, aun sin quererlo, le estén haciendo la cama para hacer las maletas.