El FC Barcelona no transmite la mejor de las certezas. No tanto por los resultados, teniendo en cuenta que todavía se mantiene cerca del liderato de la Liga --el Girona tiene 34 puntos y el Barça 30-- y en la Champions League depende de sí mismo para clasificar a los octavos de final. El problema real está relacionado con el rendimiento del equipo, que exceptuando contadas ocasiones, no ha sido capaz de dominar a placer a sus rivales. Esa preocupación se incremente a partir de las palabras de Xavi Hernández, que se encuentra entre las excusas y las contradicciones al momento de dar respuesta a la actual situación.
Xavi es un entrenador --y también lo fue como futbolista-- que no suele guardarse sus opiniones si considera que hay ciertos factores externos o internos que pueden estar afectando al rendimiento de su plantilla. En este sentido, el Barça sí que ha sufrido de circunstancias complicadas, como es el caso de las lesiones. El problema es que el de Terrassa parece ir dando palos de ciego para encontrar esa respuesta definitiva que explique ese bajón tan evidente.
La última excusa es lo que ha hecho estallar al barcelonismo, debido a que ha señalado a la prensa como la responsable del rendimiento del FC Barcelona. "No tengo ninguna duda de que las críticas de la prensa afectan al juego del equipo. Se generan situaciones y escenarios que no son reales, entonces afecta. Esto me ha pasado a mí como futbolista y les pasa a mis futbolistas", manifestó el míster en la rueda de prensa posterior al triunfo contra el Deportivo Alavés. Se trata de una nueva bala que gasta Xavi para justificar los problemas que se han evidenciado en el actual curso.
El arsenal de excusas
La ola de justificaciones de parte del entrenador culé ha ido creciendo con el pasar de las recientes semanas. La primera causa de los problemas colectivos del equipo fue la famosa intensidad que no consiguieron plasmar en la sufrida victoria contra la Real Sociedad en Anoeta: "No hemos dominado y no hemos puesto intensidad, en especial en la primera mitad. No es el camino. Ahora jugamos contra un señor equipo que nos ha apretado muy bien. Hoy sí que debemos ser autocríticos, hemos dado un ejemplo de lo que no hay que hacer en un campo".
No representaría un problema dicha valoración de Xavi Hernández, teniendo en cuenta que tan solo tres días después daría una excusa totalmente diferente por la derrota contra el Shakhtar Donetsk en la Champions League: "Debemos sacar el orgullo, el carácter y el amor propio. Hace poco jugábamos muy bien a fútbol y eso pasa durante la temporada. Tenemos que reencontrarnos. Es más un tema mental, más que de físico o futbolístico".
Si bien los dos aspectos pueden tener cierta relación entre sí, la realidad es que Xavi lo expresa como circunstancias diferentes que explican el rendimiento del Barça. Sin dejar de lado que también ha entrado recientemente en una contradicción al señalar uno de los problemas futbolísticos del equipo, lo que se suma a ese arsenal de pretextos de las recientes semanas. "Debemos recuperar el juego posicional, cada uno en su posición y a partir de ahí recuperar el fútbol", manifestó el de Terrassa en la previa del compromiso contra el Deportivo Alavés.
Sin una respuesta clara
Cada una de esas justificaciones, sumado a la reciente señalización de la prensa como la responsable del mal momento del FC Barcelona, deja en una mala posición a Xavi Hernández. Transmite la sensación de no tener una respuesta clara y precisa de los motivos que han influido en el rendimiento de la plantilla. O al menos aparenta que busca un escudo diferente que permita reducir el foco en sus respectivos jugadores.
El caso es que ese cambio de rumbo en su discurso también hace intuir que su mensaje no está calando completamente en la plantilla. El hecho de tener problemas en el juego posicional, que es la base de la ideología de Xavi, resulta en un aspecto bastante preocupante, teniendo en cuenta que ya tiene dos años de haber asumido el banquillo del Barça.