Victoria inmerecida, pero salvadora, del Barça en Anoeta (0-1). Los de Xavi decepcionaron frente a una combativa Real Sociedad, y tan sólo la testa de Araujo, en los últimos minutos, regaló el oro a los blaugrana. Los txuri urdin salieron al campo mucho más enchufados que los culés, dominando el juego y las ocasiones durante la mayor parte del partido. El Barça se defendió como pudo, rezó a los milagros de Ter Stegen y, en ataque, pasó desapercibido a excepción de algunos acercamientos. Pese a ello, al límite de la navaja, los blaugrana lograron los tres puntos gracias a un golazo que pone la moral por las nubes. Un auténtico bálsamo.
De nuevo con Cancelo en posiciones adelantadas, Araujo en el lateral y Lewandowski como novedad en punta, la otra gran sorpresa fue la presencia de Jules Koundé. Todas las miradas estaban puestas en el central francés, y también en un Pedri a quien Xavi no quiso poner de inicio, con la voluntad de no arriesgar. Ese carácter conservador y pausado se trasladó, de forma exagerada, a un Barça que no saltó al campo con la intensidad necesaria. La Real protagonizó acercamientos peligrosos en los primeros minutos, provocando errores de la defensa culé --poblada por hasta cinco efectivos-- y obligando a Ter Stegen a intervenir antes de lo esperado.
Vendaval de los txuri urdin en Anoeta
Como en el partido contra el Granada hace un mes, en Los Cármenes, el FC Barcelona salió medio dormido y los locales lo aprovecharon para apretar las tuercas. Algunas desconexiones provocaron pérdidas de balón en zonas delicadas del campo, con un Barça que achicó aguas como pudo y apenas pudo cruzar el campo contrario en el primer cuarto de hora Ter Stegen, durante ese periodo, vivió un calvario y evitó más de un gol de Take, Oyarzabal, Barrene y compañía. Gavi, con un cañito espectacular en los aledaños del área de la Real, protagonizó uno de los primeros resquicios de luz. El Barça fue estirándose poco a poco, gracias al juego rápido y combinativo y a las cabalgadas por banda izquierda de un Balde incombustible.
Cancelo también probó suerte desde fuera, aunque sin suerte. El partido se igualó al cumplirse la media hora, con un Araujo que actuó de cerrojo para evitar las progresiones de Aihen y Barrene. Sin embargo, la intensidad de la Real y el flojo estado de forma de algunos culés, como un Gundogan impreciso y perdido, siguieron provocando sustos. A los locales se les resistió el gol al descanso... La única buena noticia para un Barça en que Lewandowski, Cancelo y Joao Félix apenas pudieron participar en ataque. Al final del primer tiempo, no obstante, una entrada arriesgada de Zubeldia derribó a Joao Félix en el interior del área. Pese a que hubo contacto --mínimo--, Alberola Rojas y el VAR decidieron no conceder la pena máxima. Un VAR, por cierto, que más tarde acabaría salvando a los culés.
El Barça mejora, pero no es suficiente
Ya en el segundo acto, las órdenes y ajustes de Xavi en el vestuario surtieron efecto. El Barça salió con otro aire y mayor intensidad, mejor plantado en el campo, al tiempo que Pedri y Ferran calentaban para entrar poco después en el partido. Pese a ello, la Real se acercó al gol en el minuto 55, tras un balón buenísimo de Zubimendi que Take Kubo remató rozando el palo. La jugada, en cualquier caso, fue anulada por fuera de juego. El canterano del Barça había bailado a los culés en la primera mitad, y fue un dolor de cabeza constante en banda derecha.
Lewandowski se marchó sustituido a la hora de partido por prescripción médica, y Ferran y Pedri --que salió por Fermín-- aprovecharon para entregar a Íñigo Martínez un papelito con nuevas indicaciones tácticas. Ambos equipos dispusieron de acercamientos en los minutos siguientes, demostrando que el resultado podía caer hacia cualquier bando. La Real Sociedad protestó un penalti inexistente de Koundé sobre Oyarzabal, justo antes de que Mikel Merino metiera el miedo en el cuerpo a Ter Stegen con un disparo lejano que se marchó rozando el travesaño.
El Barça se encomienda a San Araujo
Viendo que el panorama no mejoraba para el Barça, Xavi decidió poner toda la carne en el asador. Raphinha y Lamine Yamal entraron por los Joaos, uno para cada banda, con Ferran Torres en punta de ataque. Joao Félix, por cierto, volvió a irse de vacío y cumplió así su peor inicio goleador desde que está en la Liga. El escenario no mejoró para el Barça. Take Kubo siguió siendo una pesadilla con su capacidad de desborde, y tanto él como Barrene --con un disparo desde fuera del área-- estuvieron a punto de colocar el 1-0 en el marcador.
Los minutos fueron pasando y el Barcelona era capaz de profundizar en ataque, con Pedri y Raphinha aún sin ritmo de competición. Lamine Yamal, por su parte, tampoco tocó apenas el balón y no pudo desbordar a banda cambiada. El Barça, desconectado, recordó al de hace unos años cuando le tocaba jugar en Anoeta. Un equipo desnaturalizado y a merced del rival... Como si no se jugase luchar por los primeros puestos de la Liga. Al final, tuvo que aparecer San Araujo al rescate. El defensor uruguayo entró como una exhalación a un centro perfecto de Gundogan, que por milímetros no fue fuera de juego. Golazo, tres puntos y a recuperar moral de cara a los próximos partidos. Y, esperemos, también el buen juego.