Solamente puede venir uno. Y siempre y cuando el Fair Play financiero finalmente lo permita. Como viene siendo habitual en los últimos mercados de fichajes, el FC Barcelona tiene pensado volver a acudir a él para reforzarse en enero.
Vitor Roque, el fichaje apalabrado
Tiene ya un fichaje apalabrado, el de Vitor Roque, a quien deberá hacer hueco salarial para acogerle en la plantilla. Existe la posibilidad, sin embargo, de que se retrase el aterrizaje del ariete para priorizar un refuerzo low-cost en otra posición.
Concretamente, en la de pivote defensivo. Si no hay bajas, la parcela ofensiva del FC Barcelona está bien cubierta y cuenta con efectivos suficientes en la actualidad: Ferran Torres, Raphinha, Lamine Yamal, Lewandowski y Joao Félix. En total, cinco jugadores para tres plazas. En cambio, Oriol Romeu es el único pivote específico, al margen de que Gundogan o Gavi puedan desempeñar también dicha función.
Es por esto que el FC Barcelona medita seriamente priorizar un pivote a la llegada del brasileño en enero, y más aún teniendo en cuenta el bajón de rendimiento que ha dado Oriol Romeu en las últimas semanas. Por un lado, además, para registrar a Vitor Roque hace falta liberar unos 13-14 millones de euros de Fair Play.
En busca de un refuerzo específico
En cambio, un pivote defensivo que llegase a préstamo o como fichaje a bajo coste, tendría un impacto bastante menor en las cuentas culés. Además, el club tiene ya en mente la fase eliminatoria de la Champions League, y considera importante contar para entonces con un futbolista que disponga de despliegue físico y piernas, capaz de resistir a las transiciones y la alta intensidad que exige el torneo continental.
Algo que a Oriol Romeu, a sus 32 años y acostumbrado a un tipo de juego estático, le cuesta cada vez más. En esta coyuntura, la opción de que llegue un nuevo centrocampista en calidad de cedido, preferiblemente, gana enteros en la dirección deportiva de Deco. Con el fichaje de Vitor Roque apalabrado para 2024, posponerlo al verano en vez de invierno no sería un problema. Al menos, a priori.