El FC Barcelona, más por necesidad que por convicción, presume de su fútbol formativo. Sobre todo, tras ganar Leo Messi su octavo Balón de Oro y estrenarse Aitana Bonmatí. Balde, Iñaki Peña, Sergi Roberto, Oriol Romeu y Gavi son los futbolistas del primer equipo que crecieron en la Masia. También Ronald Araujo jugó en el Barça B. Mientras, Lamine Yamal y Fermín son habituales en las alineaciones de Xavi Hernández, ilusionado también con Marc Guiu. En tiempos de crisis, el Barça se agarra a su cantera, como ya pasó en la etapa final de Johan Cruyff como entrenador y a principios de siglo, cuando el primer equipo encadenó cinco años sin un título.
La Masia es, posiblemente, el centro de formación más prestigioso del mundo. El modelo Barça es globalmente admirado. El lunes, dos jugadores modelados en las categorías inferiores barcelonistas fueron premiados con el Balón de Oro. Él es un icono mundial: Messi. Ella es la nueva reina del fútbol femenino: Aitana. Él nació en Argentina y con 13 años se trasladó a Barcelona. Ella es de Sant Pere de Ribes, una población de 15.000 habitantes que está a 40 kilómetros de Barcelona.
Johan Cruyff, en 1988, revolucionó el Barça. Más allá de jugar con un mediocentro y dos extremos, el extécnico holandés cambió la metodología del fútbol base. Todos los equipos debían utilizar el mismo modelo, el 3-4-3 que abogaba por un fútbol bien elaborado y muy ofensivo. Antes, cada técnico decidía su modelo. Su sistema ideal.
Milla y Guardiola
Luis Milla fue el primer futbolista made in Cruyff. Era un mediocentro pequeño, pero equilibraba muy bien al equipo por sus buenas prestaciones defensivas y su facilidad para sacar el balón. El segundo jugador que simbolizó el modelo Cruyff fue Pep Guardiola. También era mediocentro. Físicamente era más endeble, pero técnicamente era muy bueno y, sobre todo, era muy listo.
La primera (y única) quinta del cruyffismo fue la que lideró Iván de la Peña a partir de 1995. El Barça, tras encadenar cuatro ligas y ganar la Copa de Europa de 1992, no supo renovarse. Las tensiones entre Cruyff y el expresidente Josep Lluís Núñez subieron de tono. No hubo acuerdo con los fichajes y el técnico promocionó al centrocampista cántabro, a Celades, a Roger, a Toni Velamazán y a Juan Carlos Moreno.
El Barça no ganó ningún título en la temporada 1995-96 y Cruyff fue despedido. Sustituido por Bobby Robson, el ecosistema había cambiado radicalmente para los jóvenes. El club fichó, entre otros, a Ronaldo, Giovanni Silva, Luis Enrique y Pizzi, entre otros. La Quinta de Iván fue a menos, y tampoco resurgió cuando Louis van Gaal sustituyó a Robson, un año después.
El trienio negro y Messi
El final del nuñismo fue muy convulso. El expresidente renunció al cargo y su delfín, Joan Gaspart, ganó las elecciones de 2000. Entonces, el Barça entró en un trienio negro que terminó con la victoria electoral de Joan Laporta.
El Barça, con Gaspart, no ganó nada, pero durante su mandato crecieron Xavi y Puyol. También irrumpieron Víctor Valdés e Iniesta, que serían decisivos años después. Y, sobre todo, el club fichó a Leo Messi en 2000. Nadie lo sabía entonces, y mucho menos Gaspart, pero el Barcelona acababa de contratar al mejor futbolista de la historia.
El Barça de Guardiola
Valdés, Puyol, Xavi, Iniesta y Messi fueron futbolistas imprescindibles para entender los éxitos del mejor Barça de la historia, que también repescó a Gerard Piqué y promocionó a Sergio Busquets y Pedro Rodríguez. Entre 2008 y 2012, con Pep Guardiola de entrenador, el Barcelona ganó 14 de los 19 títulos que disputó. Los más importantes: tres Ligas, dos Champions y dos Mundiales de Club.
El Barça fue la gran referencia del fútbol mundial hasta 2015, año en que ganó la Liga, la Copa del Rey, la Champions, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, con Luis Enrique de entrenador. A partir de entonces, sin embargo, el club no supo renovar el primer equipo y se equivocó en muchas contrataciones costosas. Los fichajes de Dembelé, Coutinho y Griezmann retrataron la caída del Barça.
La dimisión de Bartomeu
Los males del Barça se agravaron durante la pandemia. El expresidente Josep Maria Bartomeu dimitió y Laporta ganó las elecciones de 2021. Aseguró que tenía la fórmula para reactivar al club, pero no llegaron las soluciones, más allá de la venta de activos que hipotecan el futuro de la entidad.
Condicionado por su delicada situación económica y el límite salarial, el Barça solo pudo invertir 3,4 millones de euros para reforzar su plantilla en verano. Los pagados al Girona por Oriol Romeu. El club comprador de las últimas décadas se había convertido en el equipo de la Champions que gastaba menos dinero en fichajes.
Futbolistas sin continuidad
Xavi Hernández, como antes hicieron Cruyff, Van Gaal y Guardiola, encontró soluciones en el fútbol base. Algunos futbolistas, como Ilias, Abde, Ferran Jutglà y Nico no tuvieron continuidad. En cambio, Araujo, Gavi y Balde pasaron a convertirse en piezas imprescindibles para la máquina barcelonista.
El actual entrenador del Barça se quedó muy tocado cuando Dembelé anunció su marcha al PSG. Tampoco el club pudo fichar a Bernardo Silva, del Manchester City. Por suerte, Xavi se enamoró muy pronto del descaro de Lamine Yamal, posiblemente el jugador más desequilibrante en el primer tramo de la temporada, y de Fermín, un interior muy vertical.
La sentencia de Xavi
El Barça, en tiempos de guerra, encontró la paz en su fútbol base. "Los grandes éxitos del Barça siempre han llegado con muchos jugadores de la cantera", ha recordado Xavi, otro futbolista formado en las categorías inferiores que tuvo su oportunidad en otra crisis de campeonato del club. La Masía, hace ya 25 años, también era el mejor remedio. Hoy, todos celebran el reconocimiento mundial a Messi y Aitana, Balones de Oro de 2023.