El FC Barcelona ha afrontado de un modo muy distinto el presente mercado de fichajes veraniego gracias a talentos como Lamine Yamal. Se terminaron los grandes desembolsos que las palancas financiaron en 2022. Los 153 millones de euros invertidos en Robert Lewandowski, Jules Koundé y Raphinha contrastan con los 3,4 que han costado Ilkay Gundogan, Iñigo Martínez y Oriol Romeu. Vuelve la confianza en la Masía, la fábrica de talento interminable que sentó los cimientos del mejor Barça de la historia a principios de siglo.
Como ha predicado Xavi Hernández en rueda de prensa posterior a la victoria contra el Villarreal (3-4), la cantera ha de adquirir protagonismo en la planificación deportiva: "No tengo ningún reparo en poner a la gente que entrena bien. Fermín es otro ejemplo, salen futbolistas de mucho nivel en la casa y hay que aprovecharlo. Hoy Lamine ha dado 2-3 asistencias de gol. Hay que confiar en la cantera, y más en la situación económica que estamos".
Sin medias tintas
Nada de apuestas arriesgadas. El Barça solo efectuará sacrificios económicos por valores seguros. Por ello han aterrizado Gundogan, Iñigo y Romeu, tres futbolistas de rendimiento inmediato. Xavi ha recalcado en sus apariciones públicas ante los medios que pretendía incorporar a un relevo de primer nivel para Sergio Busquets.
Apuestas alocadas como el traspaso de Mykhaylo Mudryk al Chelsea por 70 millones, o el de promesas como Malo Gusto por 30 ya no tienen cabida en la capital catalana. Al menos, a un coste tan alto. En todo caso, se considera inversión de bajo riesgo el fichaje de la última perla brasileña, Vitor Roque, por 30 millones fijos y 30 variables.
Potencial rentable
El que fuera responsable de la secretaría técnica azulgrana entre 2018 y 2021, Ramón Planes, ya había impulsado anteriormente un cambio de rumbo. Las ascensión prematura de Gavi o fichajes de referentes actuales del primer equipo como Pedri y Ronald Araujo llevan su sello. 5 millones fijos costó el interior canario, y 4,7 el central uruguayo. A la larga estas operaciones implican un pago de variables, que rentabiliza la progresión de los futbolistas. En consecuencia, la operación por el internacional español escaló hasta los 17 kilos.
En esa línea el Barça ha decidido reforzarse con jóvenes promesas para el filial que no comporten un desembolso remarcable. Para ejemplo claro, el fichaje de Noah Darvich, perla alemana de 16 años que dejó el Friburgo, previo pago de 2,5 millones. El monto total aumentará a una cifra cercana a los 10 millones en función de su participación con el primer equipo, con el que ya ha entrenado.
El dilema en el lateral
El cambio de rumbo que propugna Xavi Hernández ha chocado con algunas incorporaciones planeadas por el nuevo director deportivo, Deco. El ex agente de futbolistas pretendía fichar a Iván Fresneda como un proyecto futuro, pero el técnico azulgrana no quiere correr riesgos.
De una vez por todas, el entrenador catalán desea dejar atrás los parches en banda, por lo que el Barça ha lanzado sus redes sobre Joao Cancelo. No hay mejor oportunidad de mercado que el carrilero luso, apartado de los planes de Pep Guardiola en el Manchester City y futura cesión a la Ciudad Condal. La directiva barcelonista tendrá que asumir el pago de la ficha y una opción de compra de 25 millones, sujeta a la clasificación a octavos de Champions League.
Eclosiones de la Masía
Cada pretemporada, el mercado de fichajes irá acompañado de una nueva hornada de talento. Así, Fermín López ha derrumbado la barrera con el primer equipo sin jugar en el Barça B. Del mismo modo, Lamine Yamal ha tenido un paso por la disciplina de Rafa Márquez testimonial. Y les seguirán otros tantos como Pau Cubarsí, Pau Prim y talentos con un brillante porvenir, moldeados en la Masía.
La época en la que se sucedían fugas de canteranos pesimistas con su futuro en el club como Thiago Alcántara ya ha pasado a mejor vida. Xavi Hernández confía en el fútbol base azulgrana. Y si hay que pasar por caja a cubrir las necesidades el gasto irá destinado a una estrella con el rol de titular.