El tramo final de temporada en el FC Barcelona ha resultado ser una sorpresiva considerable para los aficionados culés. La marcha de Sergio Busquets y Jordi Alba representa un paso gigantesco en cuanto a la transición de la plantilla a una nueva generación. Es un aspecto que suma reconocimiento a un Xavi Hernández, que ha logrado desmontar de forma contundente el argumento de muchos sectores acerca de los supuestos amiguismos en el vestuario azulgrana.
En este sentido, el trabajo del entrenador egarense ha sido gestionar cada caso particular para no crear un problema dentro de la plantilla. En su primera temporada fue un asunto complicado de gestionar, teniendo en cuenta que estaba asumiendo el equipo tras la destitución de Ronald Koeman. Ahora, con un curso entero a su favor, el de Terrassa ha logrado generar esa transición con la salida de los mencionados jugadores y Gerard Piqué, que fue el primero en partir en la 2022-23.
La marcha de Piqué
Xavi fue bastante claro con la dirección deportiva en el pasado verano: necesitaba a nuevos defensas para aumentar la competitividad en la plantilla. La llegada de Andreas Christensen y Jules Koundé representó un cambio de jerarquía en la línea defensiva. Piqué, que había sido titular indiscutible en la 2021-22, pasó a ser un suplente para el director técnico. La competencia fue clave para dar a entender que sus mejores años con el equipo azulgrana ya pasaron.
Con el rendimiento de la línea defensiva de gala y los errores cometidos en algunos partidos, Piqué no tuvo más opción que dar un paso al costado. Su salida se dio en plena temporada, dejando claro que no estaba en condiciones de seguir ayudando al Barça. Fue una decisión complicada, pero que se explica a partir de la gestión de Xavi con los demás futbolistas. A partir de allí se empezó a abrir las puertas para las vacas sagradas.
Busquets y Alba dicen adiós
El caso de Busquets es un tanto particular. El egarense todavía quería contar con el experimentado mediocentro por otra temporada, aunque pensando en un rol un poco más secundario. El objetivo del Barça desde hace meses es encontrar a un mediocentro que ocupe de forma indiscutible esa zona de la mitad de cancha. El de Badía se vio en un escenario parecido al de Piqué y decidió que lo mejor era despedirse como capitán alzando el título de la Liga.
Un escenario que sí es realmente similar al de Piqué es el de Jordi Alba. Si bien es cierto que el lateral ha aportado un buen rendimiento como suplentes --a diferencia del excentral--, la realidad es que estaba siendo un dolor de muelas para el Barça por su enorme sueldo. La irrupción de Alejandro Balde hizo el trabajo más sencillo para Xavi, que tuvo en sus manos al mejor relevo del experimentado jugador. La salida de Alba también es una victoia para el entrenador y su trabajo silencioso para provocar un cambio generacional en la plantilla.