Ya no existe ninguna duda, Marc André Ter Stegen está manteniendo un pulso contra el Barça que puede tener graves consecuencias para los intereses de club y jugador. La llegada de Joan Garcia ha situado al portero alemán en la rampa de salida, algo que ha podido molestar al teutón, que ve como por primera vez desde la salida de Claudio Bravo tiene una competencia real que puede dejarle sin sitio bajo palos.
Se puede entender que el alemán no quiera irse del que ha sido su club después de una grave lesión, pero también parece evidente que algo se ha roto entre el Barça y Ter Stegen y que la dirección deportiva, en consonancia con Hansi Flick, considera que su etapa como blaugrana ha llegado a su fin.
El Barça actuó con una gran visión de futuro firmando a un portero joven y de futuro como Joan Garcia, anticipando un cambio en la portería blaugrana que, por edad, estaba próximo. El club aprovechó una gran oportunidad de mercado y se aseguró tener cubierto uno de los puestos más delicados del once para muchos años, sin desmerecer tampoco a los jóvenes talentos de la Masía que también están preparados para cuando les llegue el momento. Más allá del tema de la edad, que por suerte o por desgracia afecta a todo el mundo, la que ha sido la primera temporada de Ter Stegen como capitán de la plantilla ha estado más marcada por ciertos desaires y declaraciones fuera del campo que no por sus actuaciones bajo palos, algo que evidentemente ha molestado al club, a la afición y posiblemente al entrenador.
No parece apropiado que el jugador que lleva el brazalete de capitán haga declaraciones pidiendo la titularidad de la portería cuando el equipo se está jugando los tres títulos, o que no cediera el protagonismo a sus compañeros para levantar la Supercopa en Arabia, e incluso, que Ter Stegen no viajara a Milán porque no estaba inscrito en la Champions, algo que sí hizo el lesionado Koundé, que llegó a coger un vuelo regular para estar al lado de sus compañeros. Flick conoce bien a Ter Stegen y todo apunta a que estas actitudes no le deben haber gustado demasiado, pero con la llegada del portero de Sallent todo ha cambiado, y es el alemán el elegido para abandonar el equipo este verano, con la dupla Joan Garcia – Szczesny haciéndose cargo de la portería.
La decisión es fácil, Ter Stegen no es un buen suplente como ya lo demostró cuando le tocó compartir la portería con Claudio Bravo, una situación que terminó con el alemán plantándose y amenazando al club con irse si el damnificado no era el chileno, algo que la dirección blaugrana aceptó pensando en el futuro, dejando al alemán como único dueño de la portería del Camp Nou.
Hoy, Ter Stegen no soporta que el club haya hecho exactamente lo mismo que él hizo, apostar por el portero joven y con proyección y no por el veterano, sin la misma amenaza que él hizo, pero dejándole claro que quién va a jugar de titular será Joan Garcia y, sino, Szczesny, por lo que no tendrá sitio bajo palos y lo mejor para él si quiere jugar el Mundial del próximo verano es una salida.
El Barça es muy consciente de que la ficha del germano está desfasada y debe evitarse, que no es buen suplente ni tampoco buen capitán, ya que ha demostrado pensar en sí mismo (algo legítimo) pero no en el equipo y sus compañeros, por lo que debe plantearse si, tras los últimos acontecimientos, no sería mejor un cambio de capitán. Con la vuelta a los entrenamientos, Ter Stegen no había saltado al terreno de juego por unas molestias en la espalda de las que ahora ha anunciado que se operará, pero deslizando que el tiempo de baja es de 3 meses y no de 4 para que el club no pueda usar el 80% de su salario para inscribir a Joan Garcia, algo inaceptable para el Barça.
Evidentemente que tiene todo el derecho del mundo en hacer valer su contrato y también en operarse, pero él no es quién para fijar los plazos de su recuperación, algo que solo pueden decidir los médicos, y mucho menos anunciarlo a los cuatro vientos en lo que es un golpe muy bajo por su parte para seguir con este pulso contra el club.
Ter Stegen sabrá lo que es mejor para él, tiene un contrato que se debe cumplir si no quiere salir, pero también deben tener en cuenta que, a las puertas de un Mundial, no ser titular y no jugar podría alejarlo de su sueño de ser el titular con Alemania el año que cumplirá los 34 años.
El Barça deberá negociar su salida, encontrando la mejor forma para que uno de los mejores porteros del club termine su etapa de blaugrana, pero teniendo muy en cuenta que, si finalmente se queda, hace falta un jugador que realmente ejerza de capitán, pensando en el equipo y no sólo en sí mismo, despojándole del brazalete tras un golpe bajo al club que perjudica al grupo y molesta a la afición. Seguro que nadie tiene razón al 100% pero, con el tiempo, Ter Stegen debería analizar sus actos y saber entender cómo quiere recordado en la memoria colectiva del barcelonismo.