
El presidente del Barça, Joan Laporta, en un montaje con las obras del nuevo Camp Nou MONTAJE CULEMANIA
Masía y Camp Nou, las grandes armas de Laporta para sanear el Barça y superar los 1.000 millones de ingresos
El director corporativo del FC Barcelona, Manel del Río, augura un futuro próspero del club azulgrana, gracias a la lluvia de ingresos procedentes del nuevo estadio y al ahorro del gasto posibilitado por la cantera
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El FC Barcelona se aferra al raudal de ingresos de la Champions League para compensar la falta de ingresos en otras partidas, por debajo de las previsiones. El club que preside Joan Laporta pugna en los despachos para reeditar los números positivos del ejercicio económico 2023-24 en el negocio ordinario y anotar, por primera vez en esta legislatura, ganancias después de impuestos.
Los fantasmas de la conversión en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) han acechado en un mandato de la junta directiva marcado por las dificultades financieras para equilibrar la balanza entre ingresos y gastos. La plana mayor del Barça impulsó las obras del Espai Barça en 2023 con tal de generar una montaña de ingresos extra. A pesar de los 1.450 millones adeudados por el crédito de la obra faraónica del Camp Nou y los 500 millones pendientes de devolver por el préstamo de Goldman Sachs en 2021, la dirigencia cree firmemente en la supervivencia del modelo de propiedad de los socios. El nuevo estadio y la Masía son las grandes armas del FC Barcelona para recuperar el terreno perdido con el Real Madrid y superar la barrera de los 1.000 millones de facturación.
El Camp Nou doblará ingresos
El director corporativo del club catalán, Manel del Río, estimó en una entrevista con Barça One que el recinto de Les Corts podría doblar los 212 millones facturados en la campaña 2018-19, la mejor cosecha hasta la fecha, justo el año anterior al coronavirus: "1,5 veces más o 2 veces más que el mejor registro anterior". En cualquier caso, el incremento será "sustancial".
El volumen de negocio con el estadio al 100%, una vez instalados todos los palcos VIP y la tercera gradería, superará "los 360 millones de ingresos". Lógicamente, como el Camp Nou reabrirá sus puertas en 2025 con "unas 62.000 localidades", no alcanzará la velocidad de crucero de un día a otro, sino progresivamente. De momento, el primer año de actividad, se situará en "los 300 millones de facturación".
El club, de los socios
Para alegría de los culés, Manel del Río también espantó los fantasmas de la SAD y recalcó la importancia de proteger el modelo de gobernanza social: "Mantener este gobierno en manos de los socios es esencial y una de las directrices principales que esta junta tiene marcada".

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Precisamente, el ejecutivo entrevistado defendió la remodelación del Camp Nou como una medida imperativa con la que catapultar los ingresos: "El cambio de estadio no era algo que pudiéramos decidir si hacer o no, sino algo vital para la subsistencia del gobierno en manos del socio, mantener la esencia del club en manos de sus propietarios. Pasaba porque el club fuera competitivo en todo el mundo, dotándolo de los activos que lo pudieran mantener en el top-5 de la competitividad en el mundo del fútbol".
La Masía no es capricho
Mientras la junta directiva barcelonista ha ideado todas las fórmulas posibles para generar nuevos ingresos, principalmente a través del Camp Nou, también ha aplicado un tijeretazo en los gastos para equilibrar el balance. La Masía, emblema del FC Barcelona, ha regresado al eje de la planificación deportiva. No por mero capricho de alardear nuevamente de las joyas de la cantera que dan el salto al primer equipo, ni de un estilo de juego aplicado desde la base, sino por razones financieras.
"Cuando la parte deportiva es un valor añadido, económicamente no tiene discusión. Si tú vas al mercado, compites con clubes Estado con una situación económica mejor. Entras en un momento en el que las decisiones pueden tener un riesgo, que si te acoges a la Masía, es cero", reflexionó Manel del Río sobre la importancia de la Masía. El despilfarro en refuerzos de relumbrón como Ousmane Dembelé, Antoine Griezmann o Philippe Coutinho ha pasado a mejor vida.

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Lamine Yamal ha brindado las mismas prestaciones a sus 17 años sin invertir ni un solo euro en materia de fichaje. Precisamente, la guerra en un mercado de la inflación precipitó al Barça hacia el abismo bajo el mandato de Josep Maria Bartomeu. Los ejemplos exitosos se personifican en otros casos de la talla de Pau Cubarsí, Alejandro Balde, Gavi, Marc Casadó o Marc Bernal. El fútbol formativo azulgrana ya regaló los años más gloriosos de la historia barcelonista. La fuente de talento es inagotable, solo es cuestión de paciencia y confianza en la base. Sin apenas incorporaciones, el Barça está más cerca que nunca de repetir la conquista de un triplete.
Fuera de la UCI
El primer paso para revertir una situación económica en 2021 que Del Río definió como "dantesca" consistió en una "solución reactiva" como las palancas financieras. Un adelanto de ingresos en aras de que el paciente, llamado Barça, saliera de la UCI y esté "en rehabilitación".

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En el ejercicio 2024-25, dos años más tarde de las ventas de Barça Studios y el 25% de los derechos audiovisuales, la institución catalana fue capaz de anotarse beneficios sin aquel impulso de los ingresos extraordinarios. La otra cara de la moneda fueron los 91 millones de pérdidas totales, el peaje a pagar por la controvertida operación de Bridgeburg Invest, a la deriva con impagos de los socios inversores y una salida a bolsa cancelada.
De todos modos, aquellos primeros brotes verdes en el negocio ordinario deben marcar el camino a seguir en el futuro. El equilibrio debe permanecer inalterable: "Tenemos la dirección clara, se basa en un equilibrio que se pueda sostener en el tiempo. Ese es el quid de la cuestión, tener un plan para los próximos 30 años".