Laporta firmó una cláusula que permite la salida gratis de Dani Olmo tras pagar 60 millones en agosto
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El contrato de Dani Olmo con el FC Barcelona es digno de estudio. Se trata de un caso tan particular en la historia reciente del club azulgrana, sobre todo por la posibilidad que tiene el jugador de activar la cláusula liberatoria si la directiva de Joan Laporta no es capaz de sellar su inscripción antes del 31 de diciembre. Algo que fue incluido, de manera imprevista, el pasado mes de agosto.
Se trataba de un secreto a voces, pero ha sido el Juzgado de Primera Instancia 47 de Barcelona el encargado de ofrecer detalles reveladores sobre esa cláusula en el contrato que permite al mediapunta egarense marcharse gratis en el mes de enero. Representa una jugada arriesgada para Laporta, teniendo en cuenta que decidieron incorporar a Olmo por 60 millones de euros en el mercado veraniego.
Cláusula polémica
En el auto, al que tuvo acceso Culemanía, se refleja lo siguiente: "Modificar el contrato inicial firmado a principios de agosto para que contemplara una inscripción inicial hasta el 31 de diciembre de 2024 a cambio que JUGADOR pudiera (seguramente sorprendido porque la competición doméstica se había iniciado sin que pudiera estar inscrito) desvincularse sin coste alguno de SOCIO (Barça) en el caso que no estuviera inscrito en el siguiente período de fichajes".
Desde hace cuatro meses que Laporta sabe que Dani Olmo puede quedarse sin jugar en el FC Barcelona. Mucho tiempo de sobra para gestionar la inscripción del jugador en la Liga, pero finalmente dejaron el proceso hasta el último día de diciembre. Desde agotar todas las vías judiciales a llegar al punto de traspasar la comercialización de los palcos VIP del futuro Camp Nou.
La promesa de Olmo
Lo único que puede salvar a Laporta de un ridículo mucho más grande es el amor de Dani Olmo por los colores azulgranas. Andy Bara, su representante, reconoció a Fabrizio Romano que no contemplan otro escenario que no sea seguir vinculado al FC Barcelona. Del dicho al hecho hay un trecho, pero es a lo que se puede aferrar el presidente culé en caso de no inscribir al de Terrassa.