El Barça se agarra a la normativa UEFA para justificar el retraso de Limak en las obras del Camp Nou
Desde el club restan importancia a la garantía del millón de euros porque, aseguran, la tardanza en volver al nuevo estadio no es imputable a la constructora
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Las obras del nuevo Camp Nou vuelven a traer cola. Limak Construction, la constructora turca adjudicataria de los trabajos de remodelación del estadio azulgrana, no ha cumplido con los plazos acordados. El FC Barcelona tenía previsto regresar a su magno coliseo para la fecha del aniversario del club, el pasado 29 de noviembre. El presidente, Joan Laporta, ya alertó hace meses de que el regreso se pospondría, al menos, durante un mes más: hasta finales de diciembre. Como suele ocurrir en cualquier obra, esta también va con retraso.
En el Barça ya aceptan que la vuelta al Camp Nou no será posible hasta mediados de febrero o marzo, tal y como avanzó Culemanía en primicia. Sin embargo, no quieren dejar vendida a Limak --la polémica ganadora del concurso de las obras que generó el cabreo del sector inmobiliario español después de que se alzase con la victoria tras una modificación en las bases del propio concurso-- y, por ello, desde el club sostienen que "el retraso no es imputable a Limak".
16 de febrero como pronto
Aunque los turcos son los máximos responsables de la ejecución de las obras en tiempo, el Barça ha difundido el discurso de que no pueden trasladarse antes debido a la normativa UEFA. El organismo europeo no permite compatibilizar dos estadios en una misma fase de competición y el Barça se agarra a esta premisa como a un clavo ardiendo: cómo no sale a cuenta utilizar dos estadios de forma simultánea y la UEFA no permite el cambio antes del 29 de enero, no interesa trasladar los partidos de Liga al Camp Nou hasta que se permitan los de Champions. Ese es el argumento.
La realidad es que el estadio no estará listo en diciembre. Ni tampoco en enero. Está por ver si se llega a tiempo para el 16 de febrero, en que el Barça recibe al Rayo. Lo más probable es que no sea así. En ese caso, el club tendrá que buscar una nueva excusa para argumentar que la culpa no es de Limak. El plazo máximo que B:SM ha conferido a la entidad catalana para permanecer en Montjuïc es hasta el 31 de marzo, lo que permitiría cobijar también los partidos contra la Real Sociedad, el Osasuna y el Girona, además de varios hipotéticos compromisos de Champions.
Cable de Laporta a Limak
La protección del Barça con respecto a Limak se debe, por ahora, a la voluntad del club de mantener la confianza en la adjudicataria. No conviene difundir el mensaje de que Laporta se equivocó en su elección. Por este motivo, el Barça tampoco quiere ejecutar las garantías acordadas en caso de retraso en la entrega.
El contrato que regula el acuerdo entre Limak y el Barça prevé una penalización de un millón de euros por cada día de retraso en el regreso al Camp Nou. Por ahora van solamente seis días (6 millones), pero si esperamos hasta el 16 de febrero ya serán un total de 48 días. Es decir, 48 millones de euros de penalizaciones.
48 millones de penalizaciones
El Barça no tiene previsto ejecutarlos argumentando que el motivo --poco creíble-- del no regreso se debe a la normativa UEFA y no a un retraso en la ejecución. Aparentemente, el Barça aplicaría las penalizaciones a partir de la citada fecha, porque no le quedaría más remedio. A menos que surja una nueva excusa.