Las obras del nuevo Camp Nou suponen un proyecto mastodóntico. El más ambicioso de la historia del FC Barcelona. Desde mediados del año pasado que el club ha puesto todos sus esfuerzos para que la reforma liderada por Limak Construction avance por el camino correcto. En el transcurso se han encontrado con un montón de piedras que han amenazado con alargar el proceso de construcción, pero los altos mandos de la entidad han asegurado que lograron sortear dos escollos importantes.
Así lo ha asegurado Lluís Moya, director de la oficina técnica del Espai Barça, durante la mesa redonda organizada por Culemanía en el Palau Macaya y en la que también figuraron como invitados Gerard Esteva, presidente de la UFEC; y Juan Pablo Mitjans, hijo del arquitecto original del estadio y que ha participado activamente en distintas reformas del estadio de 1980 a 2006. El representante del proyecto culé ha explicado que han superado dos problemas como el derribo y la cimentación de las obras.
Optimismo con las obras
"Las obras avanzan bien, hemos superado los dos escollos más inciertos en una construcción, que son acometer el derribo de una obra muy grande en volumen, pensad que la obra derribada es equivalente a un portaviones de 300 metros de largo que pesa 100.000 toneladas y luego hemos afrontado el capítulo incierto que es la cimentación. Estos dos elementos los hemos solucionado de manera satisfactoria, especialmente el derribo y esto nos ha permitid arrancar las obras con contundencia y con la garantía de que los plazos se van a cumplir en la mayor medida", ha señalado Moya en el acto.
El derribo al que hace referencia es la complicada fase en la que derrumbaron 120.000 toneladas de hormigón --el equivalente a 355 aviones Airbus 380--. Esa etapa de las obras fue cumplida con éxito a finales del año pasado. Mientras que los trabajos de cimentación para levantar los dos anillos de palcos, fortalecer las dos primeras gradas y dar paso a la nueva estructura tercera gradería, que será una de las prioridades del próximo año.
Hay que recordar que la tercera gradería será diferente con el nuevo estadio. Así lo ha explicado Moya en la mesa redonda: "Lo que se está haciendo es retrasarse, dar un espacio de respeto a la segunda grada, y esto te permite recuperar, con la ampliación del estadio, la visión del estadio construido en el 57… creo que desde el punto de vista arquitectónico es una decisión extremadamente acertada por parte de los arquitectos y para poner en valor un patrimonio histórico exquisito".
La fecha de regreso
A pesar de las recurrentes informaciones que apuntan a que el FC Barcelona tendrá que regresar al Camp Nou el próximo año, la dirigencia azulgrana mantiene viva la esperanza del barcelonismo de volver al estadio antes de finalizar el presente año. El escenario ideal de la junta de Joan Laporta es que el primer equipo pueda jugar contra el Atlético de Madrid en la jornada de la Liga que se debe disputar el 22 de diciembre.
Moya ha hecho énfasis en que "hay una serie de imponderables que hacen que esta premisa sea compleja". El Barça ha logrado superar dos escollos a tener en cuenta, pero todavía queda mucho camino por recorrer si quieren lograr el objetivo de volver al Camp Nou en 2024. De ello depende especialmente el tiempo de trabajo que tendrá el personal de las obras a su favor en las próximas semanas.
Obstáculos en el camino
Esos obstáculos que todavía debe superar el Barça tienen relación con las horas de trabajo que han recortado por exigencia de los grupos vecinales de Les Corts. Recientemente lograron conseguir un acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona, donde ahora podrán agilizar la reforma del estadio las 24 horas del día, aunque primero deberán formar a los trabajadores antes de gozar de esa nueva franja horaria.
El otro problema corresponde a los problemas burocráticos que se ha encontrado el club en la búsqueda de persona cualificado, especialmente a los que proceden del extranjero. El FC Barcelona ha tratado de contar con un mayor grupo de personal en las obras para cumplir con los plazos establecidos. De momento, los dos obstáculos han supuesto un freno en las aspiraciones de Laporta, aunque todavía confían en abrir las puertas del estadio en el mes de diciembre.