El Camp Nou, hogar del FC Barcelona, ha vivido dos transformaciones importantes a lo largo de sus 67 años de historia. La primera fue en 1982 con la ampliación de las instalaciones para el Mundial de España y la segunda en 1994 con los cambios en la primera gradería. Aunque en los años 2005 y 2006 también se hicieron trabajos con Juan Pablo Mitjans a la cabeza --hijo de Francesc Mitjans, arquitecto del Camp Nou viejo--, la transformación definitiva del recinto llega ahora con el Espai Barça. El proyecto más grande y ambicioso de la historia azulgrana promete devolver al estadio a los libros de historia del mundo de la arquitectura, como ocurrió en 1957 con el Camp Nou original.
Lluís Moya, director de la oficina del Espai Barça, ha compartido algunos detalles de los avances del nuevo Camp Nou en la mesa redonda organizada por Culemanía en el Palau Macaya. El acto tuvo como finalidad hablar del impacto del recinto azulgrana en una ciudad repleta de espíritu deportivo. "El estadio del Barça volverá a entrar en los anales de la arquitectura, como el viejo, que en el momento que se construyó supuso realmente un cambio radical en la concepción de los estadios", ha explicado el también arquitecto. con relación a la necesidad de renovar la cara de un campo que se había quedado obsoleto con respecto a la nueva tendencia del fútbol europeo.
Un referente para el fútbol
"Ahora el estadio había quedado obsoleto, pero con este empujón yo creo que tendremos estadio para muchos años", expuso Moya, tras incidir en la importancia de sustituir la cubierta del estadio. El proyecto ha apostado por un derribo total del anterior modelo, debido a la imposibilidad de ampliarlo sin causar un daño significativo. Bajo esa premisa, los altos mandos del FC Barcelona han optado por una cubierta con una "tecnología tensada a base de cables", que según las palabras del arquitecto, será "un espectáculo por sí misma y la misma construcción será una cosa irrepetible".
"La cubierta tendrá 48.000 metros cuadrados, 18.000 de los cuales están reservados a una parte de placas solares y con unos voladizos que alcanzan del orden de los 90 metros… la marquesina original alcanzaba unos 40 metros y solo en una parte del estadio… esta dobla el voladizo y abarca todo el perímetro del estadio, será una referencia muy clara en el mundo de los edificios y de la arquitectura en general", ha expresado Moya en un acto en el que también asistieron Gerard Esteva, presidente de la UFEC; y Juan Pablo Mitjans, arquitecto que participó en las reformas del estadio azulgrana entre los 80 y el 2006.
"Con este empujón yo creo que tendremos estadio para muchos años", ha señalado el director técnico del Espai Barça. Es importante recordar que el plan de la dirigencia azulgrana es regresar al Camp Nou antes de terminar el presente año con una capacidad aproximada a los 65.000 espectadores. Mientras que el aforo definitivo, una vez termine la construcción a mediados de 2026, pasará a un total de 104.600 espectadores.
Los cambios en las graderías
Mitjans, como conocedor de las últimas reformas del Camp Nou, hizo énfasis en que la segunda gradería es la única que se ha protegido con el tiempo por ser patrimonio arquitectónico de la ciudad de Barcelona. La primera fue modificada en aquellos años y la tercera gradería "ya no tenía el mismo valor", de acuerdo con las palabras del hijo del arquitecto original del estadio.
El Barça mantiene la misma esencia de aquellas reformas, debido a que la segunda gradería tendrá los retoques necesarios para que se ajuste al resto de las mejoras del recinto. "Sí, de la construcción del 57 lo único que se va a conservar es la segunda grada. La primera ya tuvo alguna intervención, la tercera se ha derribado por completo y lo que nos queda es la segunda, protegido por patrimonio de manera muy acertada y que ha sido un elemento clave para establecer los vectores para realizar el nuevo proyecto", ha comentado Moya con relación a las palabras de Mitjans.
Esos cambios que explica Moya se definen de la siguiente manera: "A diferencia de cómo estaba concebida la tercera grada anterior, que estaba pegada a la segunda, lo que se está haciendo es retrasarse, dar un espacio de respeto a la segunda grada, y esto te permite recuperar, con la ampliación del estadio, la visión del estadio construido en el 57… creo que desde el punto de vista arquitectónico es una decisión extremadamente acertada por parte de los arquitectos y para poner en valor un patrimonio histórico exquisito".
Los ingresos con el Camp Nou
No todo está definido en el proyecto del Espai Barça. Moya ha indicado que todavía se "trabaja en la cantidad de los palcos Vip", debido a que el objetivo de los altos mandos de la entidad azulgrana es que sea un estadio "versátil", donde existirá una "democratización" en la que "no habrá una diferencia clara entre lo que es tribuna y lo que son los goles". De este modo, el FC Barcelona quiere asegurar la mejor experiencia posible para los aficionados que acudan las instalaciones.
El asunto de los palcos Vip es esencial en la explotación comercial del Camp Nou. La previsión de la cúpula azulgrana es que el futuro estadio sea capaz de generar al año unos 347 millones de euros. La esperanza de Laporta es que el campo se convierta en un importante motor que permita al club alcanzar la anhelada estabilidad financiera.