Barça Studios vuelve a lastrar la gestión de Joan Laporta en su segundo mandato. Después de la junta directiva de este lunes 30 de septiembre, la institución azulgrana ha presentado los números del ejercicio 2023-24 con un resultado neto de -91 millones de euros. ¿El principal culpable? La filial digital. El club cierra el ejercicio con unos beneficios ordinarios de 12 millones de euros. Sin embargo, la cúpula del Barça se ha visto obligada a "deteriorar una serie de cuentas a cobrar derivadas de las acciones de la sociedad Bridgeburg Invest, S.L. debido al impago por parte de algunos de los socios inversores involucrados".
La entidad presidida por Laporta lo ha anunciado a través de un comunicado oficial. Estos pagos que nunca llegaron a efectuarse fueron catalogados como ingresos en el pasado, por lo que ahora se deben contabilizar como pérdidas. "El importe reconocido como gasto extraordinario asciende a 141 millones de euros antes de impuestos", relata el Barça.
Laporta no desiste
Este hecho no significa que el club deje de cobrar esta cantidad en un futuro. De hecho, la institución afirma que "existen motivos suficientes que justifican el valor actual de la compañía y sigue confiando en su viabilidad y capacidades futuras, con un plan de negocio establecido que permitirá generar ingresos recurrentes en un futuro cercano". Lo han hecho de este modo para cumplir con el Plan General Contable: "El club debe registrar este potencial impago por principio de prudencia, sin renunciar en ningún caso a cobrarlo igualmente en el futuro y/o llevar a cabo las acciones que se requieran". Por tanto, Laporta espera percibir el dinero equivalente al valor fijado en su momento.
Los retrasos impidieron fichar
Los impagos por Barça Studios afectan directamente en la parcela deportiva. El club, al lograr beneficios ordinarios y generar ventas (Dembelé, Kessie, Nico, Abde, Chadi o Marc Guiu) superiores a los 80 millones, podría haber fichado con plenas garantías. El problema es que en junio debían haber llegado 60 millones de euros por la filial digital. A ojos de la Liga, no importa de dónde venga el dinero, pero es necesario. La patronal tiene esta cantidad bloqueada.
Este es el motivo por el que el Barça solo ha podido inscribir a futbolistas --véase el caso de Dani Olmo-- gracias a las lesiones de otros futbolistas. El artículo 77 del control económico de la Liga permite usar el 80% del salario de un jugador si su lesión supera los 4 meses de duración. Marc Casadó o Pau Víctor pudieron ser registrados gracias al Fair Play sobrante de la pasada temporada.