"Tenemos una serie de inversores, que ya se irán anunciando". "Estamos satisfechos con las negociaciones con Nike y habrá noticias a medio plazo". Joan Laporta, el día que Hansi Flick fue presentado en el Auditori 1899, el 17 de julio, entonó estas oraciones. En sus afirmaciones estaba la clave para afrontar el mercado de traspasos con garantías. El plan A de la institución. Pero las palabras se las lleva el viento y, a falta de 24 horas, el FC Barcelona da por cerrada la plantilla.
La Liga contaba con que el club azulgrana debía recibir 100 millones de euros el pasado junio, sin importar la procedencia. 40 pertenecían a Libero Football Finance, que no abonó el dinero en 2023 por Barça Studios. Finalmente, esta cuantía ha quedado compensada con la reducción de pérdidas y las ventas de Ousmane Dembelé y Franck Kessié el verano pasado. El pago de los otros 60 kilos ha quedado prorrogado hasta septiembre, pero la patronal ya los había contabilizado. Aramark, que servirá el catering del nuevo Camp Nou, ha entrado en Barça Studios con una inyección de 25 millones. Esta cantidad, sumada a las ventas de este mercado, han reducido el -60 a unos -15 millones. Por lo tanto, el Barça sigue penalizado sin poder inscribir jugadores y lejos de la norma 1-1.
Araujo y Nike, efectos 'similares'
El socio que podía haber arreglado este decalaje por completo era Nike. El club sigue en negociaciones con la marca de ropa deportiva para renovar el contrato de patrocinio. La firma de la empresa estadounidense hubiese supuesto un signing bonus de unos 100 millones de euros. Un ingreso extraordinario que hubiese entrado directamente en las arcas del Barça. Fuentes de la Liga y del Barça confirmaron a Culemanía que el acuerdo estaba aún lejos de producirse.
Si nada ha conseguido cerrarse, el Barça podría haber activado el plan B: las ventas de futbolistas del primer equipo. La de Ronald Araujo, en el ámbito económico, era perfecta. El central uruguayo (25 años) está feliz en Barcelona. Lo ha admitido públicamente. Pero siempre ha esquivado las preguntas respecto a su renovación. Su contrato finaliza en 2026.
El Barça fichó a Araujo de Boston River, un equipo uruguayo, por 1,7 millones de euros más algunos variables en 2018. Está completamente amortizado. Una venta comportaría solo beneficios. En caso de ser superior a los 60 millones, la salida hubiese tapado el agujero de Barça Studios a ojos de la Liga. Y el club azulgrana se hubiese liberado de un salario superior a los 9 millones de euros por temporada. Ahora bien, la lesión del zaguero charrúa lo ha truncado todo.
Riesgo de lesión crónica
En un los cuartos de final de la Copa América, contra Brasil, Araujo se retiró por unas molestias en la parte posterior del muslo derecho. El Barça informó que Ronald sufría de una lesión en el tendón del isquiotibial y que el central azulgrana se iba a someter a tratamiento quirúrgico. Actualmente, Araujo está en Uruguay, afrontando la recuperación. En la capital catalana, en cambio, el foco está puesto en Frenkie de Jong.
El contexto no era tan favorable con el mediocentro neerlandés, que se cierra en banda y no quiere escuchar ofertas de otros equipos. Se remite a su actual contrato, que termina en 2026. Pero, para la cúpula del Barça, la salida de Frenkie de Jong hubiese sido más favorable que la de Araujo. La ficha del centrocampista holandés supera los 20 millones brutos anuales. Un dinero que, sumado a la amortización, hace de De Jong el futbolista con un coste más elevado de toda la plantilla.
Con la venta de uno de los dos, el Barça hubiese vuelto a la norma 1-1. Las salidas de Marc Guiu, Ilkay Gundogan, Julián Araujo o, por ejemplo, Mika Faye han comportado beneficios o liberarse de salarios elevados. El club no ha podido sacar provecho de todo esto. Laporta no ha seguido el plan A. Y el plan B ha quedado tumbado por las lesiones.