El FC Barcelona ha conseguido inscribir a Dani Olmo. Pese a las dificultades financieras y el escaso margen de Fair Play, el club azulgrana se ha ingeniado una solución divina --aunque desgraciada--. La lesión de Andreas Christensen se ha complicado más de lo previsto. El central danés permanecerá, como mínimo, cuatro meses de baja. Como ha podido saber Culemanía, la comisión médica de la Liga ha certificado el tiempo de lesión del jugador. El Barça podrá emplear el 80% de su salario para el registro de su último refuerzo hasta el 31 de diciembre.
Pese a las afirmaciones del presidente Joan Laporta sobre cerrar el ejercicio económico 23-24 en números verdes, la realidad es que la entidad todavía no ha percibido los ingresos suficientes. Ni Nike ni reestructuración de Bridgeburg Invest han llegado a buen puerto a escasos días de bajar la persiana de la ventana de traspasos. Una vez más, las previsiones han pecado de optimistas, y la improvisación de última hora rige la gestión financiera. El club mantiene la condición de excedido. Por lo tanto, prevalece la restricción del 60% en el mercado de fichajes, impuesta por la patronal.
El artículo 77
Por segunda vez en una temporada que recién empieza, el FC Barcelona ha tenido que acogerse al excepcional artículo 77 de la normativa de control económico de la Liga. La inscripción de Iñigo Martínez, con una ficha bruta anual de 9 millones de euros, se llevó a cabo tras la lesión de Ronald Araujo. El 80% del coste del zaguero uruguayo --sin contar amortización-- se prorrateó para dar cabida holgadamente al ex del Athletic Club e incluso sobró salario.
Semanas más tarde, la patata caliente de Dani Olmo se ha zanjado con otra desgracia. Como por arte de magia, la tendinopatía de Christensen se extenderá, por lo menos, cuatro meses. Precisamente, dicho período es el requisito mínimo para acogerse al artículo 77. La inscripción tendrá vigor hasta el 31 de diciembre. El club azulgrana vuelve a ganar oxígeno y tiempo para poner en orden asuntos financieros que ya se habían dado por sellados meses atrás.
Agujero de 20 millones
Cuando Jan presentó a Hansi Flick ante la prensa en el Auditori 1899, el máximo dirigente de la entidad dio la buenanueva sobre Barça Studios: "Pronto anunciaremos las noticias económicas que consideremos relevantes para que sepáis como mejora la situación del club. Para Bridgeburg tenemos una serie de inversores que iremos anunciando y se mantendrá la valoración de esta compañía conforme exige la Liga. Sobre el tema de Nike estamos en unas negociaciones que mejoran la posición del Barça en este aspecto y estamos muy satisfechos".
El arcoíris asomaba en el horizonte del barcelonismo por una vez. Pero nada más lejos de la realidad. El Barça todavía no ha ingresado los 60 millones de euros sobre su filial audiovisual que estipulaba su plan de viabilidad y con vencimiento el 15 de junio de 2024. Solo se han cubierto 40 millones procedentes de los 25 kilos inyectados por Aramark, nuevo accionista de Bridgeburg, y otras fuentes de ingresos. Pero todavía restan otros 20 millones. La inscripción de Dani Olmo quedaba supeditada a este atraso mayúsculo hasta la lesión de Christensen. El sacrificio de Ilkay Gundogan, uno de los puntales de la temporada 23-24 ha resultado exiguo.
La renovación de Nike
O hasta que Nike y Barça extendieran su vínculo. Una presunta renovación que suena desde mayo de 2024 y que tres meses más tarde no da señales de vida. Laporta vendió la piel del oso antes de matarlo y se encuentra en la recta final de mercado sin 1-1 y sin el bonus signing de 100 millones.
El agua llegaba hasta el cuello y Olmo empezaba a impacientarse, por lo que se cocía un nuevo aval balsámico para registrar al canterano azulgrana mediante la garantía de patrimonio de la junta directiva. Nuevamente, la plana mayor barcelonista gana otra batalla del modo más impensable, surrealista y rocambolesco. Sobre la campana y con más interrogantes que respuestas de cara al futuro. Pan para hoy, hambre para mañana. Y en junio de 2025 caducan otros 60 millones de la venta del 49% de Barça Vision. Se avecina el mismo problema dentro de un año salvo solución previsora. Y no es el modus operandi de la junta encabezada por Jan.
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