El Real Madrid confía en que el nuevo Santiago Bernabéu sea la sede oficial para la final del Mundial 2030. Es una batalla que enfrente al Grand Stade de Casablanca de Marruecos y al Camp Nou, que cuenta con numerosos argumentos para ser la elegida. Aunque el club merengue saca pecho por contar con un estadio que está prácticamente terminado, lo cierto es que sufre de grandes carencias que le hacen perder puntos en la valoración.
Del recinto madrileño siempre se destaca su techo y césped retráctiles, el lujoso videomarcador o el concepto cerrado. Elementos que convierten las instalaciones en una fuente de ingresos de explotación por los diferentes conciertos y eventos que van a cubrir los 1.170 millones de euros de la financiación de las obras. Sin embargo, existen varios puntos que dejan al Bernabéu en una posición inferior al futuro Camp Nou, que apunta a ser uno de los estadios más modernos de España.
El Bernabéu hace aguas
Las redes sociales se encargaron de exponer, nuevamente, los problemas de goteras que tiene el estadio del Real Madrid. Las lluvias que azotaron en la capital española a finales del mes de junio provocaron una inundación en la zona del museo. Mucha agua entró por las tan criticadas laminas de metal que recubren el exterior de las instalaciones, por lo que existe el riesgo de que se repita esa situación en la final.
No es la primera vez que el estadio merengue sufre con la climatología de la capital, teniendo en cuenta que en el proceso de las obras se originaron varias goteras que generaron dolores de cabeza a los trabajadores. En aquel entonces encontrar una solución temporal, pero todavía siguen sin encontrar la respuesta que permita evitar otra inundación que afecte a la infraestructura interna del Bernabéu.
Riesgo de calor
Otro factor de riesgo en época de verano para celebrar la final del Mundial 2030 es el calor que se puede producir en la casa del conjunto merengue. El Bernabéu cuenta con un sistema de refrigeración, pero que está focalizado a proteger las condiciones del terreno de juego en las diferentes estaciones del año. La instalación de la tecnología que se encuentra debajo del campo se realizó en 2022.
En cambio, el concepto abierto del Camp Nou favorece a que exista un mayor confort para los espectadores en la época más calurosa del año. Además, el FC Barcelona dio a conocer en los diferentes comunicados que también van a contar con calefacción, refrigeración y ventilación eficiente.
20.000 espectadores menos
En una final de una Copa del Mundo lo mejor es apostar por un estadio que goce de una excepcional capacidad para recibir a la mayor cantidad de aficionados posibles. En el caso del Santiago Bernabéu, solo dispone como máximo un aforo de 84.000 espectadores. Prácticamente 20.000 menos de los que va a tener el futuro Camp Nou, que al final del proceso de las obras podrán recibir hasta 104.600 espectadores.
El aforo es un aspecto fundamental en la elección de la sede de la final. Por esa misma razón, las autoridades de Marruecos han insistido en que el Grand Stade de Casablanca sea la elegida para dicho compromiso, debido a que se espera a que tenga una capacidad para 115.000 espectadores.
Espacio reducido para las masas
El nuevo Bernabéu, además de ser cuestionado por las laminas exteriores de metal, genera muchas críticas por la ubicación. El espacio que existe alrededor del estadio del Real Madrid es bastante reducido para recibir a las miles de personas que se esperan en una final del Mundial, teniendo en cuenta el tráfico y los numerosos edificios que rodean las instalaciones merengues.
Nuevamente, el Camp Nou se posiciona como un estadio mejor planificado para acoger un partido de tal magnitud. La intención de Joan Laporta es acabar con las barreras y desea que el hogar del Barça esté rodeado por una gran explanada plagada de verde, mucho más integrado a la ciudad. Las obras finalizarán con una construcción de carácter mediterráneo que apunta a ofrecer una movilidad superior al recinto de su rival en el fútbol español.