El FC Barcelona tiene muchos frentes abiertos. Esa adrenalina de estar viviendo al límite ha acompañado a la junta directiva de Joan Laporta en los últimos años, especialmente por las dificultades económicas a las que han tenido que enfrentarse para cumplir con cada una de las planificaciones deportivas del primer equipo. Entre ellas, destaca la delicada situación de dos avales de 18 millones de euros que llevaron a cabo como plan de emergencia durante 2023.
El segundo de ellos, por valor de 12 millones de euros, estuvo destinado a la plantilla inscribible y sirvió para conseguir la anhelada inscripción salarial de Ilkay Gundogan, la principal incorporación del primer equipo en el año pasado. Lo poco que sobró fue útil para inscribir, poco más tarde, otros fichajes que se realizaron en ese mercado de verano. La cantidad estaba prevista ejecutarse oficialmente el 31 de agosto; no obstante, fuentes de la entidad consultadas por Culemanía indicaron que han logrado prorrogar el aval hasta septiembre.
Tiempo de maniobra
La situación de los avales supone un punto de tensión dentro de la cúpula azulgrana. El año pasado decidieron jugarse su propio patrimonio para cumplir con la planificación deportiva del primer equipo, además de evitar una nueva sanción de la Liga de Fútbol Profesional que hubiese perjudicado al Fair Play. Con la prórroga del segundo aval, la directiva espera aprovechar ese tiempo de maniobra para con los ingresos necesarios que impidan la ejecución de los 12 millones, que se dividen 6 millones avalados y 6 millones en pagarés bancarios.
Curiosamente, la decisión de avalar los 12 kilos estuvo motivada por el famoso impago de Libero por su participación en la sociedad de Barça Studios. En aquel entonces esperaron ingresar 40 millones, pero la ausencia del inversor puso en aprietos a los altos mandos de la entidad, que decidieron replicar una estrategia que han utilizado en otras oportunidades. Cabe recordar que en verano de 2022 también tuvieron que constituir otro aval, presentado ante la Liga de Javier Tebas, para inscribir el fichaje de Jules Koundé.
El aval de seis millones
Los próximos días son fundamentales en el FC Barcelona, teniendo en cuenta que el 30 de junio se ejecutan los seis millones del primer aval que fue con el objetivo de compensar los recortes salariales que no se llevaron a cabo en las secciones del club durante la temporada 2022-23. Las fuentes consultadas por este medio indican que todavía está pendiente resolver dicha situación, especialmente porque depende del cierre del actual ejercicio.
La junta de Laporta ha mostrado mucha confianza en los recientes días con relación a que el ejercicio lo van a cerrar con beneficios por primera vez desde la pandemia, lo que supone una noticia positiva en materia económica. Para lograr el objetivo, la dirigencia ha trabajado en diferentes operaciones: un nuevo inversor que asuma el mencionado impago de 40 millones de euros de Libero Football Finance por Barça Studios; la renovación del acuerdo con Nike, que podría dejar en las arcas del club hasta 100 millones en concepto de bonus signing; y el adelantar el cobro de los palcos Vip del nuevo Camp Nou.
Todas estas carpetas no funcionan de manera individual, debido a que la intención del máximo dirigente del FC Barcelona es que las diferentes operaciones se cierren en las próximas semanas para dar un mayor respiro financiero. No solo al club ante la necesidad de encontrar ese equilibrio económico que acercaría a Hansi Flick a sumar refuerzos para el primer equipo, sino también a una directiva que espera su patrimonio no peligre.
La solución de emergencia
El otro tipo de ingreso extraordinario que contempla la cúpula del Barça para evitar que se ejecuten los avales es la venta de futbolistas. Hay muchos nombres que están llamados a salir del primer equipo en el mercado de verano, aunque algunos jugadores solo van a ser considerados en caso de máxima emergencia. Frenkie de Jong, Ronald Araujo y Raphinha forman parte de ese grupo de potenciales ventas, especialmente por su alto valor de mercado.