El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha echado balones fuera sobre la falta de títulos tras una temporada decepcionante. El máximo responsable de la contratación de Xavi Hernández en noviembre de 2021 depuró responsabilidades el pasado mes de mayo con la destitución del técnico catalán, una leyenda del Barça. Jan considera que la plantilla atesora más nivel que el rendimiento irregular mostrado con el míster egarense en el banquillo. En el plano institucional, el protagonista del podcast del President ha pasado de puntillas sobre el escándalo de los avales.
Pese a las afirmaciones de que "Xavi ha hecho un gran trabajo" durante estas dos temporadas y media, Laporta ha señalado sutilmente a la figura del ya extécnico azulgrana como culpable del devenir del curso 23-24. Las vitrinas no permanecen vacías al azar.
Xavi no sacó lo mejor de la plantilla
En cualquier caso, el dirigente catalán cree que Hansi Flick y su staff darán ese impulso que necesitaba la plantilla. Un empujón que, tanto el presidente como el director deportivo Deco, no vieron capaz de dar al estratega de Terrassa. Tampoco ayudaron las lesiones, de las que responsabiliza, en parte, al equipo de preparadores físicos. Ni la mala suerte, agravada, en palabras del máximo mandatario del Barça, por el impacto del caso Negreira.
Lo cierto es que Laporta piensa que la plantilla confeccionada en verano de 2023 daba más de sí. Por contra, Xavi planteó una serie de salidas a Deco, director del área de fútbol, que tanto la dirección deportiva como la presidencia no compartían con el jefe del cuerpo técnico. Si bien en un principio, tras el denominado 'Pacto del sushi' en el ático de Laporta el míster egarense había transmitido su confianza total en los jugadores, el cambio de discurso --pesimista-- en la rueda de prensa previa al Barça-Almería decepcionó al mandatario.
'Palo' sobre Joao Félix
Nunca le trajeron a Xavi su fichaje prioritario, que aún en presencia de Flick es un mediocentro contrastado y de primer nivel. Tampoco un atacante de la talla de Bernardo Silva, por encima de las posibilidades económicas del club. En su lugar aterrizó Joao Félix, otro portugués que gusta al propio presidente, pero que "se le podía haber sacado más rendimiento".
De todos modos, como Laporta ya ha deslizado que la plantilla solo sufrirá "retoques", necesitan a un técnico más capacitado para trabajar con lo que hay. "Flick cree en esta plantilla y tiene la convicción de poder con cualquier equipo", ha justificado Jan la nueva elección de entrenador.
Los preparadores físicos
El segundo problema reside en el nivel físico de los jugadores. Laporta advirtió un alarmante bajón hacia el minuto 60 de los partidos: "El equipo bajaba de nivel, no acababa el partido igual, como los dos partidos ante el Real Madrid, que remontó en los últimos minutos. No digo que no estuvieran bien preparados, pero siempre hay cosas a mejorar y Flick mejorará la preparación física. Para ello se adaptará a la estructura del club, va a venir un preparador y lo están diseñando con Deco. Y traerá un especialista".
Precisamente, el Bayern de Múnich de Flick se reconocía en una intensidad y una resistencia superiores a los rivales: "Sus equipos están muy preparados físicamente". De ahí también el fichaje de Julio Tous, especializado en el trabajo de fuerza y en la prevención de lesiones.
El gol fantasma de Lamine
En tercer lugar, Laporta se siente víctima de las decisiones arbitrales, consecuencia negativa del relato vertido desde Madrid sobre el caso Negreira: "Contra nosotros todo vale. Nos han condenado antes de juzgarnos. Han hecho una campaña para desprestigiar al Barça con lo de Negreira". Como resultado, "se ha creado animadversión en los estadios".
Sobre las actuaciones de los colegiados, Jan apoya sus sospechas sobre el gol fantasma de Lamine Yamal en el clásico del Santiago Bernabéu: "Solo quiero recordar que el Comité todavía no nos ha facilitado todas las imágenes del gol". Hacia los árbitros, el banquillo y/o los servicios médicos, Laporta ha apartado a los jugadores del foco. El presidente de la entidad azulgrana ha cargado la culpa sobre el ya exentrenador y una retahíla de factores secundarios.
El escándalo de los avales
Precisamente, su disgusto y el de varios directivos tras la comparecencia de Xavi en sala de prensa --previa del Almería-- minimizó,a efectos de interés público, el escándalo de los avales. Los medios aparcaron las polémicas puramente institucionales. La prensa se dedicó a informar sobre una destitución que se coció en cuestión de semanas con filtraciones procedentes de las más altas esferas de la institución: crónica de una muerte anunciada.
El periodista Toni Frieros destapó la investigación de Hacienda sobre la cuenta solidaria compartida por los directivos y Laporta para la constitución del aval de 125 millones de euros. El ingreso de 350.000 euros efectuado por ISL Futbol Limited Liability Company, sociedad estadounidense de marketing, en noviembre de 2021 levantó las sospechas sobre un presunto intercambio de favores. Y es que la misma empresa organizó dos amistosos del Barça en la gira de verano por Estados Unidos, en 2022.
"Ni puertas giratorias ni nada"
De forma sucinta, escueta y despreocupado, el abogado catalán ha restado importancia a la polémica y ha descartado toda artimaña financiera: "Y el tema de ISL ya pasó por Compliance y no vio nada raro. Tampoco ningún incumplimiento ético. Esta articulado como un préstamo sin contraprestaciones ni tratos de favor. ISL trabaja en el club desde 2014, pero incluso les hemos quitado atribuciones porque ahora la gira la hacemos con la Superliga".
"No hay nada, ni puertas giratorias, ni contraprestaciones, ni nada... teníamos que hacer un aval de 124 millones de euros y esto comportó unos gastos, que además se duplicaron durante el Covid. Hubo personas que nos ayudaron con el coste de los avales. No hay ninguna puerta giratoria de que entre un dinero y luego salga por otro lado", ha sentenciado Laporta en su primera declaración pública desde la destitución de Xavi.
De nuevo, desprovisto de autocrítica y asegurando la presunta transparencia de su gestión. Optimista y sin escatimar palabras cuando conviene, Joan Laporta ha brindado una nueva clase de oratoria a los culés. No obstante, el cansancio de la afición sigue en aumento y los culés cada vez se manifiestan más críticos y escépticos con el discurso del dirigente. Al menos, en comparación con el principio de su segundo mandato, en marzo de 2021. Restan dos años de un mandato convulso y repleto de frentes, no apto para cardíacos. Como siempre, los resultados deportivos dictarán sentencia sobre lo demás.
Noticias relacionadas
- Laporta justifica el despido de Xavi: "Nos pidió continuar, pero luego cambió de discurso"
- La carta de Laporta a Hansi Flick para explicarle qué es el Barça
- El primer fichaje acordado entre Deco, Flick y Laporta (y dos imposiciones del presidente)
- Laporta confirma el nuevo entrenador del Barça Femenino y sentencia a su amigo Grimau en basket