Joan Laporta nunca ha ocultado que el FC Barcelona es un club familiar. Su forma de gestionar la entidad azulgrana, incluyendo en la primera etapa como presidente, se ha caracterizado por rodearse de personas de su máxima confianza. Pero ese cortijo tan particular se está haciendo cada vez más a la medida del dirigente culé, sobre todo por las recientes salidas y decisiones que debilitan a un Barça cada vez menos profesionalizado.
En este sentido, la destitución de Xavi Hernández marca un nuevo capítulo de la gestión familiar de Laporta. El entrenador egarense es una persona cerca al máximo mandatario del club, pero sin entrar por completo en ese círculo tan cerrado. Las diferencias con Deco, Enric Masip y posteriormente Alejandro Echevarría --ruptura total-- le hicieron perder fuerza ante la mirada de Jan, que en tan solo un mes pasó de ratificar al de Terrassa como técnico del primer equipo a despedirle antes de la última jornada de la Liga.
El año de las salidas
Además del caso de Xavi, el presente año se ha caracterizado por las dimisiones que se han presentado en algunos de los cargos más importantes del club. En este primer semestre se despidieron del Barça: Maribel Mélendez (directora corporativa), Eduard Romeu (vicepresidente del área económica) y Franc Carbó (director de gestión de fútbol). Diferentes especialistas que han debilitado la estructura financiera y deportiva de la entidad catalana.
Bajas que engrosan una lista que también cuenta con los casos de Mateu Alemany y Jordi Cruyff, quienes decidieron dar un paso al costado de la dirección deportiva el año pasado. En las numerosas áreas del club se ha ido diluyendo la presencia de profesionales para dar paso al Barça de los amiguismos, donde la imparcialidad escasea de manera peligrosa por las voces que se mantienen cerca de Laporta para aconsejar en asuntos de máxima importancia.
El cortijo de Laporta
Año tras año se suman más salidas en el FC Barcelona, pero de alguna forma se quedan los que forman parte del cortijo exclusivo del presidente azulgrana. En este sentido, ese grupo se representa especialmente por la presencia de Deco, que apenas cuenta con experiencia para asumir la dirección deportiva --y menos sin un aliado como Alemany-- del club; y Enric Masip, que es denominado como el asesor de Laporta en materia deportiva, lo que incluye también el área de fútbol sin ser un especialista.
Pero el ejemplo más contundente es Alejandro Echevarría. Algunos dentro del club azulgrana califican al excuñado y buen amigo de Joan Laporta como "el nuevo Mateu Alemany del club", debido al rol que ejerce en la comisión deportiva. Sin embargo, lo preocupante de su presencia en el Barça es que no tiene ningún cargo asignado. Es parte de algunas de las decisiones más importantes, como fue el caso del fichaje de Xavi Hernández.
Los agentes al poder
En el Barça de los amiguismos tampoco faltan los agentes que ganan poder. Con la salida de Xavi, la influencia de Pini Zahavi y Jorge Mendes crece de manera considerable, especialmente en el caso del representante israelí que logró cerrar la operación para que Hansi Flick se hiciera con el banquillo del primer equipo. Tampoco hay que pasar por alto que la marcha del egarense asegura la continuidad de Robert Lewandowski, que había estado en la lista de bajas del entrenador para el siguiente curso.
Lo mismo sucede con Jorge Mendes, que en el Barça de Laporta ha logrado ser una figura de mucha importancia en la planificación deportiva. La prueba de ello es que representa a Alejandro Balde, Ansu Fati y Lamine Yamal, además de los Joaos. En el caso de Joao Félix, su futuro en el club podría estar más cerca de ser una realidad con la destitución de un Xavi que no le convencía para formar parte de la plantilla azulgrana.