El FC Barcelona movió cielo y tierra para hacerse con el fichaje de Vitor Roque durante el mercado de traspasos del año pasado. Fue una operación liderada por Deco cuando todavía no era director deportivo del Barça, aprovechando sus contactos en el fútbol brasileño y la relación con el agente del delantero, André Cury. A pesar de los problemas financieros del club, Joan Laporta decidió hacer el esfuerzo de hacerse con los servicios del jugador en verano, y en invierno consiguieron el espacio salarial para reforzar la plantilla de Xavi Hernández.
Sin embargo, los primeros meses de Vitor Roque están lejos de ser idílicos. Se esperaba que su adaptación fuera difícil por llegar al fútbol español en un momento en el que se estaba recién recuperando de una lesión, pero el panorama ha sido mucho más desalentador. La poca confianza de Xavi se ha traducido en pocos minutos de juego e incluso ya ha abierto la puerta a que el artillero brasileño salga cedido en verano ante el escaso protagonismo de que ha gozado con el primer equipo, lo que representaría un escándalo teniendo en cuenta el precio pagado por la junta de Laporta en un momento de evidente crisis económica de la institución.
Importes inciertos
El FC Barcelona vivió un largo proceso de negociación con el Athletico Paranaense para lograr el fichaje de Vitor Roque. No fue una operación fácil por las limitaciones económicas que existen en la entidad culé, aunque igualmente las dos partes alcanzaron el esperado acuerdo. Desde el Barça no dieron cifras oficiales del traspaso, aunque llegaron a filtrar que se cerró en 30 millones de euros fijos en pagos fraccionados y otros 31 millones en variables. Las fuentes del club consultadas por Culemanía mantienen que esos fueron los importes acordados y ninguno más.
Pero la realidad podría ser diferente. Otras fuentes consultadas por Culemanía, conocedoras de la operación, no coinciden con los importes que se han defendido en el club azulgrana. En este sentido, explican que las cifras reales son las publicadas en Brasil y que el primer pago fijo es de 40 millones de euros, a los que hay que añadir 21 millones en variables y 13 millones entre comisiones, impuestos y tasas. En total, el FC Barcelona podría terminar pagando la impactante cifra de 74 kilos.
La excusa de Laporta
Defender una potencial cesión de Vitor Roque tras acordar esas condiciones en la operación es una tarea titánica para los altos mandos del club. Aunque Laporta ya tiene la excusa ideal en caso de acordar el préstamo con otro equipo. En vez de realizar un ejercicio de autocrítica, la cúpula azulgrana va a utilizar los problemas del Fair Play como principal motivo para no inscribir al brasileño en la siguiente temporada. No hay Fair Play para todos, por lo que uno de los que apunta a quedarse fuera de la plantilla de Xavi es el joven delantero.
La gestión de la contratación de Vitor Roque al Barça hace considerar que estamos ante una operación muy oscura y falta de transparencia. El poco dinero que existe en el club, invertido en un jugador prometedor, que no deja de ser un melón por abrir y que --como hemos repetido-- no estaba entre las prioridades del entrenador del primer equipo. Ni siquiera fue debidamente presentado como la estrella que supuestamente era --al menos, fue pagado a precio de tal--, ni se celebró una rueda de prensa con preguntas, cosa que sí se hizo en la presentación de Raphinha, donde trascendió el pago de comisiones a su agente, Deco. Detrás de la incorporación del internacional con Brasil se encuentra un André Cury que vuelve a ser protagonista de un traspaso polémico.
Operación oscura
Cury es conocido en can Barça por ser un intermediario que ha impulsado algunos de los peores fichajes. Sus primeras incorporaciones fueron en la primera etapa de Jan en la presidencia del club con la dupla Keirrison y Henrique, por quienes se pagaron 14 y 8 millones de euros, respectivamente, aunque nunca debutaron en un partido oficial. Con la llegada de Sandro Rosell y Bartomeu multiplicó su influencia al ayudar en traspasos como los de Matheus Fernandes, Gabriel Novaes, Vitinho, Igor Gomes, Marlon Santos, Douglas Pereira y Gustavo Maia, entre otros.
Son muchos los millones que se han desembolsado en operaciones que tienen a Cury como intermediario y que no representaron ni una sola ventaja en lo deportivo para la institución catalana. Aunque ninguna de la talla de Vitor Roque por el precio total del traspaso. Con todo ese contexto de trasfondo, el escenario que cobra más fuerza es que existieron intereses económicos en hacer posible su llegada al FC Barcelona.
Las dudas de Xavi
Xavi, como hombre de club, siempre se mostró públicamente a favor del fichaje del atacante de 19 años. Pero la realidad es que su deseo en el mercado de verano del año pasado era fichar a un mediocentro de nivel. El único movimiento para esa posición fue un Oriol Romeu que no ha logrado estar a la altura, ni ha gozado de la confianza suficiente del técnico. En invierno, Xavi fue claro sobre la necesidad de incorporar a un futbolista para la medular por la dolorosa lesión de Gavi, pero lo que hicieron en los altos mandos fue acelerar la llegada de Vitor Roque. Xavi la aprobó públicamente, pero sus decisiones desde el banquillo colisionan por completo con sus declaraciones y atestiguan que el carioca no entra en los planes del técnico.
Su llegada en el mes de enero tenía su cuota de sentido por el bajón goleador de Robert Lewandowski, pero incorporar a Vitor Roque en un momento tan complejo del curso solo sirvió para demostrar que todavía está verde. Xavi no le ha tenido en cuenta en algunas de las noches más decisivas, como las eliminatorias que se disputaron en la Champions League y el clásico que se disputó en el Bernabéu el pasado 21 de abril.
Escenario grotesco
Las dudas del técnico han crecido a tal punto que en la rueda de prensa previa al Valencia no mostró seguridad en contar con el delantero brasileño en la 2024-25. Durante el partido, una vez más, no contó con un solo minuto. La cesión parece ser el siguiente paso de Vitor Roque. Desde el club no se esconden sobre esta posibilidad, un escenario grotesco que dejaría en evidencia a Joan Laporta por el excesivo gasto asumido en plena recesión y también a un Deco que, aunque no estaba en la dirección deportiva en aquel entonces, fue la llave del Barça para sellar la operación.