El director deportivo del FC Barcelona, sin quererlo, ha levantado el mantel. Y debajo estaban los trapos sucios. Lo que era un supuesto ejercicio de transparencia del mismo club y de Deco se ha convertido en la evidencia de que el exfutbolista portugués sí que tenía motivos para traer jugadores a la capital catalana.
Deco sabía que iba a ser el siguiente director deportivo de la entidad azulgrana, después de Mateu Alemany, y el Barça, a petición de Jordi Cruyff y Xavi Hernández, estaba interesado en Raphael Dias Belloli, Raphinha, un atacante que, antes de recalar en la institución presidida por Joan Laporta, jugaba en el Leeds inglés. Y estaba representado por Luis Anderson da Souza, Deco.
Las dichosas comisiones
El encargado de la secretaría técnica del Barça ha concedido una entrevista al programa Què T'hi Jugues! de SER Catalunya en la que ha hablado de la planificación de la temporada que viene, del relevo de Xavi en el banquillo y del conflicto de intereses entre ser agente de futbolistas, un empleo que ha abandonado al entrar a trabajar en la institución deportiva catalana, y director deportivo de un club de fútbol.
Laporta, Raphinha y Deco posan juntos en la presentación del crack brasileño
Un cese en su actividad por el que no ha perdonado ni un solo euro. Un agente no puede realizar una actividad laboral en una entidad de fútbol. Podría tener interés en fichar sus jugadores para el club en el que trabaja. Pese a que aún no ejercía oficialmente de director deportivo, Deco admite que no ha renunciado a la comisión por el fichaje de Raphinha: "Yo pacto una comisión con el Barça. Cuando tomo la decisión de venir, no podíamos tener ninguna relación de seguir cobrando. Lo he vendido a un fondo de inversión y este fondo cobra"
¿Cómo es posible?
Deco ha contado que rompió su vínculo con Raphinha en junio, pero que ya tenía un acuerdo para percibir dinero del Barça. "Tenía pactado algo con el club. Vendo mi contrato y ellos ya se arreglan. No tengo ningún problema en decir que he cobrado por cosas en las que he trabajado".
Pero, si no ha renunciado al dinero, ¿cómo es posible demostrar que no existe un conflicto de intereses? Deco está cobrando del club, mientras trabaja en él, por una acción de representación para un jugador. Para un futbolista que ha fichado por el club en el que actualmente trabaja y por el que recibe dinero por haber ejercercido de intermediario.
Deco y Laporta, en una imagen de archivo durante un acto
De hecho, Mateu Alemany, a pregunta de Culemanía, respondió en la presentación de Raphinha que el contrato con el agente era básico, lo cual significa que de la ficha del atacante brasileño a Deco le pertoca de un 5% a un 10% del salario del futbolista, en un pago que se realiza semestralmente. El director deportivo del Barça ha reconocido que no se ha negado a recibir esta cantidad, que debería ingresar por cada año que Raphinha pasa en el club.
Paga doble
De este modo Deco ha cobrado del Barça, aunque sea a través de un fondo, por un trabajo que ha hecho como representante, por los años que Raphinha en teoría debería estar vinculado al club --tiene contrato hasta 2027--. Con un sueldo de 12 millones brutos anuales, el director deportivo del Barça habría ingresado una comisión total de entre 3 y 6 millones de euros por haber sido agente del extremo carioca.
Raphinha, sonriente de camino a Nápoles para los octavos de Champions League
Para evitar la incompatibilidad de su empleo actual con el negocio de la representación, Deco ha usado a un fondo de inversión, algo que parece que el departamento de Compliance del Barça ha aprobado. "Si para Compliance es un problema que tengo las empresas abiertas, no las voy a cerrar, no lo haré", ha sentenciado de forma contundente el exfutbolista azulgrana.
Empresas en funcionamiento
Finalmente, Deco ha reconocido que sus compañías siguen en funcionamiento. Mantiene la propiedad, pero, según ha informado la SER, en dos de ellas nombró como director a su hijo y pareja. En la última, salió de la gerencia este mismo año, a finales de enero, aunque sigue en el accionariado.
"No lo haré porque no es nada ilegal. Si quiero esconder algo lo hubiera hecho mejor, porque los documentos son públicos", ha admitido. Y ha concluido: "Mantengo empresas activas porque tengo cosas por cobrar y pagar".