El FC Barcelona quiere regresar al nuevo Camp Nou a finales de noviembre. El equipo se siente mucho más cómodo en su estadio que en Montjuïc y Joan Laporta espera que el club pueda celebrar el 125 aniversario de la fundación del club en su casa. De momento, las obras avanzan, supuestamente, según el calendario previsto, pero el Barça negocia ya una prórroga de su contrato de alquiler con BSM para prevenir posibles incidencias.
Negociaciones calientes
Unas negociaciones que se han puesto calientes en las últimas semanas. El Barça quiere reducir el coste del alquiler, que le supuso un pago de 20 millones de euros. BSM, por su parte, propuso que la afición del Barça de basket se traslade al Palau Sant Jordi para algunos partidos importantes de Euroliga y ACB, pero finalmente desde el club han negado esta posibilidad tras efectuar el pertinente sondeo a los socios.
El nuevo Camp Nou debe estar totalmente terminado en verano de 2026. Entonces podrá acoger a 104.600 espectadores, todos cubiertos. Casi dos años antes, ya deben estar listas las primeras dos gradas, mientras se levantan dos anillos de palcos y la tercera gradería.
Asientos descubiertos
El aforo provisional del Camp Nou será de 65.000 espectadores, aproximadamente. El gran problema es que la mayoría de asientos estarán descubiertos. La colocación de la cubierta, la fase más compleja de las obras, se retrasará hasta finales de 2025. El palco del Camp Nou estará descubierto, a menos que se traslade a las últimas filas de la primera grada.
La segunda grada del Camp Nou no se puede derribar porque es patrimonio arquitectónico de la ciudad de Barcelona. Se reforzará su estructura y se colocarán nuevos asientos. Y poco más. Algún cambio más habrá en la primera grada, donde podrían eliminarse algunas filas detrás de las porterías para facilitar una mejor visibilidad del campo.
Falta de personal cualificado
Limak debe terminar la primera grada en los próximos meses. También debe garantizar que el Camp Nou sea un campo seguro y que las obras de reforma no pongan en peligro a los espectadores que asistan a los partidos de Liga o de otras competiciones. El aspecto que más preocupa y que podría alterar los tiempos es la falta de personal cualificado para ejecutar la fase más exigente de las obras. Hacen falta trabajadores europeos con una experiencia contrastada para poder abordar aspectos muy delicados de la construcción, como la citada cubierta.
La apuesta del Barça por Limak molestó a las grandes constructoras catalanas, porque entienden que los materiales que se utilizan en la obra deben ser de proximidad. Sin embargo, y a pesar de algún incidente con las subcontratas, con un empleado que se quedaba a dormir allí y con los horarios de las obras o molestias a los vecinos --aspectos relativamente frecuentes en obras de esta enjundia-- parece que la gestión de la constructora turca es de aprobado. Al menos, de momento.
El coste de la reforma
Limak cobrará 960 millones de euros por la reforma del Camp Nou, pero asume una penalización de un millón de euros diarios por los retrasos que puedan surgir. Desde la compañía turca, por su parte, sostienen que podrán cumplir todos los acuerdos y que aceptaron la propuesta del club por su proyección internacional. La compañía solo ha construido un estadio.
Limak solo ha construido un campo de fútbol en Turquía. El Mersin Arena, con capacidad para 25.000 espectadores, que fue inaugurado en 2013. Su gran obra ha sido el nuevo aeropuerto de Estambul, con un coste de 22.000 millones de euros.